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Aléjate del alcohol

Matutinas para Jóvenes 2020

«No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza por la garganta, pero al final muerde como serpiente; ¡causa más dolor que una víbora! Hará que tus ojos vean cosas extrañas, y que tu corazón diga cosas perversas»

Proverbios 23:31-33

Ian Thorpe nació en Nueva Gales del Sur (Australia) en 1982. Desde niño mostró una enorme habilidad en los deportes, pero sería en la natación donde iba a brillar de manera espectacular. A los catorce años se convirtió en el representante más joven del equipo australiano de natación.

El empuje del muchacho sorprendió a sus competidores y, en 1998, se llevó dos medallas de oro en el Campeonato Mundial de Natación en Pert (Australia). De inmediato atrajo los focos de la prensa local e internacional. En el año 2000 ganó tres medallas de oro y dos de plata durante los Juegos Olímpicos de Sídney.

Entonces ya era todo un ídolo. Parecía la imagen del hombre perfecto. Cientos de empresas luchaban por convencerlo para que promocionara sus productos. Pero el gran campeón empezó a caer en las garras del alcohol. Al principio todo pareció un juego. Pero el problema fue creciendo.

Aun así, Thorpe siguió cosechando triunfos en competiciones internaciones y, en las olimpiadas de Atenas 2004, obtuvo dos medallas de oro, una de plata y una de bronce. Posteriormente, el brillante nadador sucumbió a una fuerte adicción al alcohol, la cual lo condujo a terribles crisis depresivas que casi acabaron con su vida.

Un día la policía lo detuvo ebrio vagando por las calles. Estaba convertido en una piltrafa humana. Su nombre seguía siendo noticia, aunque no de las que él hubiera querido.

El alcohol no es inofensivo, especialmente para la gente joven. Es un enemigo embustero que nunca te dice los devastadores resultados que acarreará a tu vida. Además, es capaz de arruinar el futuro de jóvenes altamente prometedores en los diferentes ámbitos de la existencia.

Por si fuera poco, también afecta seriamente la vida de los familiares del alcohólico, dejándoles profundas heridas emocionales, además de serios problemas económicos.

La vida está llena de desafíos y momentos difíciles, pero no es en el alcohol donde se encuentran las verdaderas soluciones a nuestros problemas. Esa nunca es la salida. En cambio, el apóstol Pablo revela la actitud de un verdadero hijo de Dios ante las dificultades: «Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!» (Filipenses 4:12, 13).