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No hay que tolerar la corrupción

Matutinas para Jóvenes 2020

«El rey sabio avienta como trigo a los impíos, y luego pasa sobre ellos la rueda del molino»

Proverbios 20:26

El profeta Daniel fue elegido para continuar entre las más altas autoridades del gobierno medopersa. Incluso el rey quería ponerlo a administra todo el reino, aun encima de los tres ministros, de los cuales él era uno. La Biblia dice que «Daniel sobresalía entre los ministros y los sátrapas por su talento extraordinario» (Daniel 6:3, BPR).

Para entonces, el profeta ya era un anciano, pero seguía destacando por su honestidad, su eficiencia, su responsabilidad, su agudeza intelectual y su verdadero interés por resolver los problemas del gobierno. El rey podía observar en Daniel la transparencia de un hombre íntegro, confiable y hacendoso. Sus hábitos devocionales, sus labores bien hechas, su ánimo para trabajar y su profundo interés en el progreso de la nación habían cautivado la mente del monarca.

Darío sentía una profunda admiración por aquel hombre maduro, serio, prudente y fiel a la causa de su Dios y su jefe de trabajo.

Los compañeros de Daniel eran personas proclives a la corrupción y habían creado toda una cadena de sobornos para enriquecerse. Sin embargo, Daniel representaba un gran obstáculo para llevar a cabo sus arbitrariedades.

Así que convencieron al rey de firmar un decreto para echar al foso de los leones a todo aquel que durante treinta días orase a un dios u hombre que no fuera el gobernante. Ingenuamente, el monarca firmó el decreto. Daniel siguió con sus hábitos de oración y fue arrojado al foso de los leones. El rey se dio cuenta de que había sido engañado por sus funcionarios, pero no había nada que hacer.

Sin embargo, los ángeles de Dios protegieron al profeta. Posteriormente, el monarca decidió acabar con los corruptos ministros de su corte y ordenó que fueran arrojados a los leones. Ese fue su final.

La corrupción tiene un altísimo coste para cualquier gobierno. Ya se trate de uso ilegítimo de información privilegiada, soborno, extorsión, nepotismo, amiguismo, manipulación, despotismo, impunidad, etcétera, tendrá nefastas consecuencias.

Por ejemplo, destruye las estructuras del gobierno, es un obstáculo para el desarrollo económico, acaba con la confianza de un pueblo en sus autoridades, hace una sociedad más vulnerable y, por si fuera poco, prepara el terreno para encubrir prácticas ilegales de mayor envergadura: el lavado de dinero, el narcotráfico y la trata de seres humanos, entre otras.

Hoy pide al Señor que te ayude a seguir el ejemplo de Daniel. Él te protegerá de cualquier situación adversa.