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Cómo dar malas noticias

“Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara”

Mateo 16:21, NVI

Recuerdo que, en la carrera de Medicina, una de las materias nos preparaba para dar malas noticias a los pacientes. Había que tener varios factores en cuenta y nunca era una tarea fácil, pero comprendía parte de la responsabilidad, el compromiso y la confianza del vínculo establecido.

Jesús, antes de comunicar de forma más detallada su lóbrego futuro temporal, se aisló para orar y pedir fortaleza para los discípulos. Luego, curiosamente, aunque premeditadamente y con más de un objetivo en mente, les hizo una pregunta para confirmar su fe.

Los discípulos aún no estaban completamente listos para separarse de su Maestro. A pesar de la fe que tenían y de todo lo que lo habían visto hacer, estaban sumergidos en una sociedad que mayormente dudaba de la naturaleza y la misión de Jesús. ¿Cómo podría este puñado de hombres hacerle frente a todos los embates del enemigo y sus huestes?

Pedro personificó las dos opciones: la de la fe, al decir: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, contestando quién creían ellos que era Jesús; y la de la duda, al decir: “Esto no te sucederá jamás”, refiriéndose a la muerte que Jesús tendría que sufrir.

Para la primera, hubo una bienaventuranza y una confirmación del plan divino para su iglesia y el liderazgo que Pedro tendría.Para la segunda, hubo una de las reprensiones más duras que Jesús haya dado alguna vez: “¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mat. 16:23, NVI).

Por supuesto que los discípulos no querían ver sufrir a su Señor. El motivo de su sacrificio era un misterio para ellos aún, o al menos la forma. Pero Jesús necesitaba ánimo en esta decisión, y comprensión de parte de ellos.

Hoy tienes la oportunidad de actuar de una de las dos formas, y puedes emplear esta sencilla prueba con tus amigos (aunque sea mentalmente), para asegurarte de que no te están llevando por caminos errados o diciéndote solo lo que es lindo escuchar a corto plazo.

El sacrificio de Jesús puede ser un misterio, pero es el mejor misterio de todos y vale la pena vivir por él.

Carolina Ramos es oriunda de Entre Ríos, Argentina, y está terminando sus estudios para ser maestra de inglés, maestra de música y traductora. Disfruta de trabajar en los diferentes ministerios de la iglesia, especialmente con los niños y adolescentes. También le gusta viajar, acampar, estar en la naturaleza, leer, tocar el piano y el oboe, y cantar. Carolina procura siempre extraer lecciones de lo chiquito y de lo grande, ver al Dios de los milagros presente en cada ámbito de nuestra vida; y espera con ansias la Segunda Venida.