¡Qué alegría cuando me dicen: “Vamos al templo del Señor»!
Salmos 122: 1
CHATO ES UN PERRITO que desde pequeño aprendió a ser responsable, cuidando a su hermanita y la casa de sus dueños. Es un perro muy inteligente. Le gusta ir a la iglesia todos los días de culto a la hora establecida, y ¡sorpréndete…!
El sábado llega tempranito: se echa en la puerta para escuchar el programa de escuela sabática y el sermón. Cuando termina el culto, se sale a la calle y espera a sus dueños a que le abran la cajuela del carro para irse en ella o se va caminando hasta su casa. Si los dueños no están en la ciudad, de todas maneras asiste a la iglesia. Se lleva tan bien con todas las personas y con los niños del templo, que lo consideran como un miembro fiel. ¡Nada le impide al Chato ir a la iglesia!
Si el Chato es muy feliz asistiendo al templo y nunca falla, ¡cuánto más nosotros!
A continuación, te daré unos consejos para cuando vayas al templo:
- Llega temprano.
- Canta con alegría.
- Ora a Jesús con todo tu corazón.
- Siéntate con papi y mami.
- Si vas a caminar, hazlo despacito y sin hacer ruido.
- Escucha el mensaje del predicador y realiza un dibujo de lo que está predicando.
La próxima vez que asistas al templo, ¡ponlos en práctica! ¡Y gózate!
Oración: Gracias, Jesús, porque podemos ir al templo a agradecerte por todo lo que nos has dado. Amén.