Versículo para hoy:
Pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
1 Samuel 16: 7
DESPUÉS DE QUE PASÓ ELIAB, y Samuel escuchó lo que Dios le dijo, el profeta preguntó por los demás hijos de Isaí. Uno a uno fueron pasando, pero Dios no daba respuesta alguna. Cuando terminó de pasar el último, Samuel le preguntó a Isaí si no tenía más hijos. El padre le contestó que le quedaba uno, pero era muy pequeño y estaba cuidando las ovejas. Entonces el profeta pidió que lo trajeran.
David estaba sorprendido de que el profeta lo hubiese llamado, pero acudió de manera rápida a donde estaba. Samuel miró detenidamente a David, su bello aspecto sencillo y noble. Entonces Dios le dijo que lo ungiera, porque a él lo había elegido como sucesor de Saúl. Dios vio más allá del aspecto atractivo de David. Vio lo que había en su corazón: valentía, fidelidad, alabanza, adoración, sencillez, humildad y una relación íntima con su Creador.
Después de ser ungido, David volvió a su trabajo acostumbrado. No se creyó más que sus hermanos, ni tampoco deseó quitar a Saúl como rey, sino que esperó pacientemente a que se cumplieran los planes que Dios tenía para él en su debido momento.
Querido amiguito, para Jesús no hay nadie feo o sin valor. Todos somos hermosos para él, porque somos su creación. Lo que a Jesús le interesa es lo que hay en tu corazón, lo que te motiva a hacer las cosas. Te invito a que tengas una comunicación diaria con él.
Oración: Gracias, Jesús, porque puedes ver más allá de mi apariencia. Amén.