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Un Crudo Burbujeante

Devocional adventista para adoslescentes 2022

El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, mas la instrucción de los necios es necedad.

Proverbios 16: 22, LBLA

Hace muchos años, hubo una serie de televisión estadounidense llamada Beverly ricos. Contaba el inusual ascenso de sus personajes, desde los harapos hasta la riqueza. Era una historia «sobre un hombre llamado Jed, un pobre que vivía en una montaña y que a duras penas tenía para mantener a su familia».

Un día, salió a cazar y falló a la ardilla, disparando al suelo, de donde surgió un charco de «crudo» burbujeante. Un manantial burbujeante de petróleo fue la causa de su nuevo estatus económico en la vida. Y eso es exactamente lo que ocurrió en un lugar llamado Cuba, en Nueva York, en el año 1627, solo siete años después de que los peregrinos desembarcaran en Plymouth, Massachusetts.

El 18 de julio de 1627, Roche-d’Allion, un sacerdote jesuita, escribió una carta describiendo el descubrimiento de un manantial de petróleo. En la carta mencionaba a otros dos sacerdotes jesuitas que estaban realizando una labor misionera y que habían descubierto el manantial de petróleo siguiendo las indicaciones de un mapa secreto que habían recibido de otro amigo suyo en Canadá. ¡Increíble!

Como siempre, una «X» marcaba el lugar. Parece una de esas emocionantes historias antiguas sobre piratas que buscan un tesoro enterrado utilizando un mapa secreto. Por supuesto, en aquellos días nadie conocía el valor potencial del petróleo. En aquella época no había automóviles ni camiones ni fábricas que pudieran quemarlo. Era solo una novedad: negro, grasoso y un poco maloliente. Pasarían más de 250 años hasta 1879, cuando por fin alguien pareció hallarle utilidad.

Esto es una lección para nosotros. Mucha gente no halla utilidad para Dios. De hecho, podría ser una buena idea que pensaras en tus propios conceptos sobre Dios. A veces nos gusta bastante Jesús, pero no estamos muy seguros en cuanto a Dios. Puede parecer un poco aterrador, con todo eso de fuego y azufre.

Si no estás muy seguro de Dios, te reto a que te adentres en los libros de Isaías y Jeremías. Verás que el pueblo elegido por Dios le dio la espalda una y otra vez, haciendo cosas terribles en su culto a los ídolos, incluso sacrificando a sus propios hijos a los dioses paganos (ver Jeremías 32:35). Pero luego leemos: «Clama a mí y yo te responderé» (Jeremías 33: 3) y tenemos una imagen de Dios rogando a sus hijos pecadores que vuelvan a él.

¿Escuchas la voz de Dios llamándote?

Bradley Booth ha enseñado en escuelas adventistas de los Estados Unidos, África, Rusia y Tailandia. Actualmente es el director de The Story Tellers Ministry, que ayuda a enseñar el arte de escribir historias antiguas que siguen siendo importantes hoy. La oración del Dr. Booth es que sus libros inspiren a los lectores a mantenerse de parte de Jesús tanto en los buenos como en los malos tiempos.