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Todo el Camino Marcha Atrás

Devocional adventista para adoslescentes 2022

En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.

Hechos 4: 12, NVI

¿Cuál es el viaje más divertido que has hecho? ¿Un campamento? ¿Un viaje a Disney World? ¿Surfear en las olas, o explorar museos? ¿Qué tal un viaje de 5,000 kilómetros (3,000 millas) por carretera? Charles Creighton y James Hargis hicieron uno, pero no de la manera que te imaginas. Los viajes de un lado al otro de los Estados Unidos no eran grandes noticias, ni siquiera en 1930; pero el 23 de julio, el viaje que Charles y James realizaron fue noticia. ¿Por qué? Porque condujeron su Ford Modelo A de 1929 de Nueva York a Los Angeles y de vuelta de Los Ángeles a Nueva York, todo el camino ¡marcha atrás!

¿Por qué lo hicieron? ¿Porque podían? ¿Para poner su ciudad natal, Maplewood, Nueva Jersey, en el mapa? ¿Porque estaban locos? El viaje de ida y vuelta duró 42 días, y condujeron los 11,555 kilómetros (7180 millas) marcha atrás. Bueno, es una manera de establecer un récord, y uno que no es probable que se repita. ¿Cuál es el objetivo? Sin duda Charles y James lo hicieron como una broma, solo para entrar en los libros de récords. Ahora se puede atravesar el país en auto, en avión, en tren… o incluso en kayak si se encuentran suficientes ríos y arroyos. Se puede ir a pie, en carretilla, o incluso en auto todo el camino marcha atrás, aunque no me gustaría hacerlo por las montañas. Pero para llegar al cielo, solo hay una manera de hacerlo: a través de Jesús.

En el libro de los Hechos, Lucas cuenta la historia del primer Pentecostés en la iglesia primitiva. Jesús había ascendido al cielo apenas diez días antes, y ahora sus discípulos predicaban con denuedo en el complejo del templo. Miles de judíos habían llegado de todas partes del Imperio Romano. Pedro encabezaba la marcha, haciendo todo lo posible con su ardiente mensaje de un Salvador crucificado y resucitado. Esto enfureció tanto a los líderes del templo que los arrestaron a él y a Juan, y los mantuvieron en prisión toda una noche. A la mañana siguiente sacaron a los dos discípulos y les exigieron que dejaran de predicar en el nombre de Jesús.

Pero ya nada podía detener a Pedro. Unas semanas antes, cuando Jesús fue juzgado, Pedro había negado que conocía a su Señor; pero ahora, con la oportunidad de compensar su cobardía, Pedro estaba dispuesto a sufrir cualquier cosa por la causa de Jesús. Para Pedro, dar testimonio de Jesús era pura alegría. Pedro predicaba que Jesús era el único camino al cielo y que lo seguiría siempre, aunque tuviera que morir en una cruz.

Bradley Booth ha enseñado en escuelas adventistas de los Estados Unidos, África, Rusia y Tailandia. Actualmente es el director de The Story Tellers Ministry, que ayuda a enseñar el arte de escribir historias antiguas que siguen siendo importantes hoy. La oración del Dr. Booth es que sus libros inspiren a los lectores a mantenerse de parte de Jesús tanto en los buenos como en los malos tiempos.