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¡Menudo Atajo!

Devocional adventista para adoslescentes 2022

¿Quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla?

Lucas 14: 28, LBLA

Durante siglos, exploradores y comerciantes desearon una ruta más corta hacia el Lejano Oriente, pero América del Norte, América del Sur, y América Central bloqueaban el camino. El hemisferio occidental se extendía desde el hielo de la punta de Sudamérica hasta el hielo del norte. Los primeros exploradores, como Magallanes, viajaron hacia el sur rodeando la punta de Sudamérica. Henry Hudson intentó ir hacia el norte, rodeando Canadá. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando líderes gubernamentales y compañías navieras de todo el mundo se tomaron en serio la construcción de un canal a través de la franja de 80 kilómetros (50 millas) de ancho de Panamá. Sabían que el trabajo era casi imposible, ya que Panamá estaba cubierta de selvas con elevadas temperaturas, pantanos traicioneros y rocas volcánicas.

Los franceses fueron los primeros en intentar construir un canal a través de Panamá, pero el proyecto tuvo problemas. Los trabajadores se enfermaron y murieron de males como la fiebre amarilla y la malaria. Se recurrió a expertos para solucionar el problema, pero tras casi veinte años y 22,000 muertes, finalmente se abandonó el proyecto. Luego, los estadounidenses intentaron construirlo, pero se encontraron con los mismos problemas. Finalmente, William Gorgas, un médico que trabajaba para los estadounidenses, encontró una forma de controlar los mosquitos que propagaban las enfermedades. John Frank Stephens, un ingeniero, también ayudó diseñando un increíble sistema de presas y esclusas para el canal.

El 15 de agosto de 1914, el canal se abrió al tráfico. Fue un gran día de celebración. El Canal de Panamá fue uno de los trabajos de construcción más duros jamás emprendidos por el hombre. Su construcción costó a los Estados Unidos 380 millones de dólares (casi 10,000 millones de dólares en moneda actual) y cientos de vidas se perdieron en el proceso.

La construcción del Canal de Panamá fue un verdadero monumento a las habilidades humanas de ingeniería. Conecta el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, recortando unos 13,000 kilómetros (8,000 millas) adicionales que los barcos solían recorrer bordeando la punta de Sudamérica. ¡Menudo atajo!

Jesús nos dijo que contáramos el costo antes de comenzar un proyecto. Al igual que la construcción del Canal de Panamá, el precio a veces puede ser alto. Pidámosle hoy a Jesús que nos ayude a calcular el costo antes de tomar decisiones que podrían costarnos nuestra salud, nuestra reputación e incluso nuestra vida eterna.

Bradley Booth ha enseñado en escuelas adventistas de los Estados Unidos, África, Rusia y Tailandia. Actualmente es el director de The Story Tellers Ministry, que ayuda a enseñar el arte de escribir historias antiguas que siguen siendo importantes hoy. La oración del Dr. Booth es que sus libros inspiren a los lectores a mantenerse de parte de Jesús tanto en los buenos como en los malos tiempos.