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Conocer al Pastor

Devocional adventista para adultos 2022

Jesús le dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mi». Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Juan 14:6; 17:3

CREO QUE NO EXAGERO SI DIGO QUE LOS PASAJES de la Escritura que acabamos de leer representan dos de las declaraciones más poderosas que se han registrado en la historia de la humanidad. Dos grandes declaraciones que responden a dos grandes preguntas: ¿Qué es la vida eterna? ¿Cómo puedo obtenerla? De una manera sencilla, pero contundente, el apóstol Juan responde:

La vida eterna consiste en conocer a Dios. A Dios podemos conocerlo por medio de Jesucristo. Conocer a Jesucristo es tener vida eterna.

¿Cuál es «la clave» para conocer a Dios y obtener la vida eterna? Sin lugar a dudas, nuestro Señor Jesucristo: el cristianismo es él, el perdón se obtiene solamente por él, y la salvación es posible únicamente gracias a él. Como bien dijo un conocido autor, «Conocer a Jesús es todo».

Pero, ¡cuidado! Aquí no estamos hablando de un conocimiento teórico, o intelectual, como el que posee la persona que ha oído acerca de Cristo. Se trata, como bien lo afirma Jon Paulien, de conocer a Jesús personalmente: «Ser su amigo, vivir con él, hablar con él […]. Cuando hacemos esto, entramos en una relación íntima con Dios».* Una relación que nos pone en posesión de sus méritos, transforma nuestra vida y se refleja en el diario vivir.

No hace mucho leí, de nuevo, un relato que encaja muy bien en lo que estamos diciendo. Lo cuenta Jamie Buckingham, y es la historia de dos hombres a quienes se les pidió que recitaran el Salmo 23. El primero de ellos era un profesional de la oratoria. Cuando este hombre terminó su participación, el público le dio una gran ovación.

El siguiente participante era un hombre ya entrado en años, y sin ninguna habilidad artística, pero cuando comenzó a repetir las palabras del Salmo 23 una atmósfera de santidad pareció impregnar el lugar: «Jehová es mi pastor, nada me faltará…». Cuando finalizó, no hubo aplausos, pero el ambiente estaba saturado de fervor y devoción. ¿Qué había ocurrido? Tomando la palabra, el primer participante explicó:

-La diferencia entre lo que escucharon de mí y de mi amigo es esta: yo conozco el Salmo, pero él conoce al Pastor. **

«El cielo consiste en acercarse incesantemente a Dios por (medio del Cristo». (El Deseado de todas las gentes, cap. 34, p. 303).

¿Conoces a Cristo personalmente? ¿O solo conoces acerca de él?

Amado Jesús, además de mi Salvador, quiero que seas mi mejor Amigo, y mi Pastor, no solo mientras yo viva aquí, sino por toda la eternidad.

*Jon Paulien, El Evangelio que amamos, APIA, 2003, p. 6. **Jamic Buckingham, Power for Living, Arthur S. DeMoss Foundation, 1983, pp. 123-124.

Fernando Zabala, ya jubilado, ha servido como profesor, pastor, rector universitario, conferencista, editor y exdirector de la revista "Prioridades", además de ser el autor de varios libros, entre los que se destacan "Todo no da igual, A pesar de nuestras diferencias, me casaría de nuevo contigo y Saber vivir". Fernando Zabala está casado con Esther y juntos tienen dos hijos: Fernando Jr. y Mayerling; y tres nietas: Alexa, Amber y Annabella.