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Usarla o perderla

Devocional adventista para adultos 2022

Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1: 6-7

«TE ACONSEJO QUE AVIVES EL FUEGO del don de Dios que está en ti», le dice el apóstol Pablo a Timoteo en nuestro texto de hoy. ¿Qué le quiso decir el anciano apóstol a su hijo espiritual? Quizá convenga leer esas mismas palabras en la Traducción en Lenguaje Actual. Ahí dice: «Te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio».

Comprendemos con mayor facilidad el consejo de Pablo a Timoteo al dar una mirada al término griego que el apóstol usa para expresar la idea de «avivar». Se trata de anazopureo («atizar», «renovar la llama», «reavivar»), que aquí se usa metafóricamente para indicar que «el don de Dios es como un fuego que se puede apagar si uno es negligente». * En otras palabras, para cumplir su ministerio, Timoteo no necesitaba que Dios le diera una nueva capacidad; más bien, debía usar la que ya había recibido.

¿Recuerdas las fogatas que encendíamos en los paseos y campamentos juveniles? Funcionaban de la misma manera. Si solo nos conformábamos con encender la leña, al cabo de un rato el fuego se extinguía. Para que se mantuviera vivo, debíamos «atizarlo» continuamente —añadiendo más leña, rociando alcohol o gasolina, abanicando la leña mientras ardía, etc. De la misma manera, hemos de «avivar» los dones que Dios nos ha dado. ¿Y qué mejor manera de atizarlos que usándolos para el servicio a Dios y del prójimo?

Al igual que a Timoteo, Dios nos ha dado una obra, pero para cumplirla no hemos de esperar que se nos concedan dones que ahora no poseemos, No. En cambio, ¡usemos los dones que ya nos ha dado! Lo maravilloso de todo esto es que, mientras usemos lo que tenemos, el fuego de la llama se «avivará», y además nos colocaremos en posición de recibir aún más.

«El Señor desea que usemos cada don que poseemos; y si lo hacemos, tendremos mayores dones para usar. Él no nos capacita de manera sobrenatural con las cualidades que carecemos; pero mientras usamos lo que tenemos, él obrará con nosotros para aumentar y fortalecer toda facultad» (Palabras de vida del gran Maestro, cap. 25, p. 288).

¿Ya descubriste esa «capacidad especial» que Dios te ha dado? ¿Qué uso le estás dando? Hoy es un buen día para glorificar al «Dador de toda buena dádiva, de todo don perfecto» (Sant. 1: 17).

Amado Padre celestial, hoy quiero ser un instrumento de tu maravillosa gracia. Para ello te pido, no que me des nuevas capacidades, sino que me des el valor de usar las que ya tengo.       

*W. E. Vine, Vine’s Expository Dictionary of Old and Nerv Testament Words, Thomas Nelson, 1997, p. 1088.

Fernando Zabala, ya jubilado, ha servido como profesor, pastor, rector universitario, conferencista, editor y exdirector de la revista "Prioridades", además de ser el autor de varios libros, entre los que se destacan "Todo no da igual, A pesar de nuestras diferencias, me casaría de nuevo contigo y Saber vivir". Fernando Zabala está casado con Esther y juntos tienen dos hijos: Fernando Jr. y Mayerling; y tres nietas: Alexa, Amber y Annabella.