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El otro milagro

Devocional adventista para adultos 2022

Cuando terminó de hablar, Jesús) dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar». Respondiendo Simón, le dijo: «Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado, pero en tu palabra echaré la red»

Lucas 5: 4-5

UNA DE LAS COSAS SORPRENDENTES del relato que nos presenta nuestro texto de hoy es que a Simón Pedro es a quien el Señor Jesús le pide que eche la red en aguas más profundas. ¿Un predicador, diciéndole a un veterano pescador, como pescar? Simón Pedro sabe por experiencia que el mejor momento para pescar no es el día, sino la noche, cuando los peces no pueden percibir la red. No obstante…

Ya habían intentado pescar durante toda la noche anterior, sin éxito alguno, aun así, Simón obedece la orden del Señor. «En tu palabra echaré la red», dijo. ¿Qué sucedió entonces? Dice la Escritura que «fue tal la cantidad de peces que atraparon, que la red se rompía» (vers. 6). ¡Y además la pequeña embarcación se hundía! Tanto así que tuvieron que pedir ayuda a los pescadores que estaban en otra barca, y poco falto para que esta otra también se hundiera.

Sin lugar a dudas, un gran milagro. Tan grande que, si uno no abre bien los ojos, pierde de vista el otro milagro. Cuenta el relato bíblico que, después de la pesca milagrosa, Simón cayó de rodillas y reconoció que estaba en la presencia del mismo Dios.

-Apártate de mí, Señor —dijo, porque soy hombre pecador. -No temas –le dijo Jesús—; desde ahora serás pescador de hombres.

Ese día, no solo Simón, sino también todos sus compañeros de pesca «dejándolo todo, lo siguieron» (vers. 11). ¡Ese fue el otro milagro! Lo dejaron todo justo cuando su pequeña empresa de pesca atravesaba su mejor momento: «En el momento del éxito, cuando las redes estaban llenas de peces y eran más fuertes los impulsos de la vida antigua, Jesús pidió a los discípulos, a orillas del mar, que lo dejaran todo para dedicarse a la obra del evangelio. Así también es probada cada alma para ver si el deseo de los bienes temporales prima sobre el de la comunión con Cristo» (El Deseado de todas las gentes, cap. 28, p. 244).

¡Qué interesante! Jesús llama a algunos «en su riqueza»; y a otros, «en su pobreza», pero el desafío para todos es el mismo: ¿Quién ocupará el primer lugar en nuestro corazón: los bienes temporales o la comunión con Cristo?

El otro milagro puede ocurrir contigo, conmigo, si «en su palabra», echamos hoy la red.

Querido Jesús, enséñame a hacer siempre tu voluntad, aun cuando lo que me ordenes parezca no tener sentido. Y fortalece mi fe para darte el primer lugar en mi vida, tanto en mis mejores como en mis peores momentos.

Fernando Zabala, ya jubilado, ha servido como profesor, pastor, rector universitario, conferencista, editor y exdirector de la revista "Prioridades", además de ser el autor de varios libros, entre los que se destacan "Todo no da igual, A pesar de nuestras diferencias, me casaría de nuevo contigo y Saber vivir". Fernando Zabala está casado con Esther y juntos tienen dos hijos: Fernando Jr. y Mayerling; y tres nietas: Alexa, Amber y Annabella.