Versículo para hoy:
Jamás conviví con los mentirosos ni me junté con los hipócritas.
Salmos 26:4
EN ALGUNA OCASIÓN, ¿alguien te ha dicho que derramas «lágrimas de cocodrilo»? Esto se refiere a que finges llorar para convencer a tu mamá o papá de que en verdad necesitas algo, aunque no sea cierto.
Pero, ¿en verdad lloran los cocodrilos? Los científicos afirman que los cocodrilos lloran mucho. No se trata de tristeza o de sensibilidad, sino que es una reacción al salir del agua, ya que sus ojos necesitan estar húmedos y limpios; por esto lagrimean constantemente.
¿Has fingido en alguna ocasión, para salirte con la tuya? Te contaré que, un día, David fingió estar loco, cuando huía del rey Saúl. Llegó con el sacerdote Ahimelec y le pidió pan y la espada de Goliat. El sacerdote le dio todo lo que pidió y David se fue a Gat. En ese lugar, la gente sabía que él era el valiente que había matado al gigante Goliat. Entonces, David tuvo miedo de que el rey de Gat le fuera a hacer daño; por eso fingió estar loco. Se visitó
con harapos, rayaba las puertas y permitía que la baba le escurriera por la barba. ¿Te imaginas como se veía?
El fingir es una forma de mentir, porque esconde tus verdaderas intenciones. Mejor muéstrate auténtico y natural. ¿Para qué mentir si Jesús nos conoce?
Oración: Querido Jesús, ayúdame a ser auténtico, y que mi forma de ser refleje que soy tuyo. Amén.