Categories

Archivos

No quebrará la caña cascada

No quebrará la caña cascada ni apagará el pábilo que se extingue.

Isaías 42:3

En 1903, Elena de White contó haber leído de un hombre que, tras haber caído al agua, intentaba desesperadamente subir a una pequeña embarcación. Como el bote estaba lleno de gente, cuando el hombre trató de abordarlo, le cortaron la mano derecha. Se asió del bote con la mano izquierda, y también se la cortaron. Lleno de angustia, se aferró del bote con los dientes, y entonces tuvieron misericordia y lo subieron cuando ya le habían cortado las dos manos. Entonces, la señora White agregó: “Mis hermanos, no cortemos a nadie en pedazos antes de hacer algo por ayudarlo. Dios desea que tengamos corazones piadosos”.48

¿Alguna vez hemos “cortado a alguien en pedazos” antes de hacer algo por ayudarlo? ¿Nos indignamos al ver que alguno de nuestros hermanos ha caído del bote y ha cometido acciones vergonzosas? Más de una vez yo mismo me he visto con la piedra en la mano, listo para lanzarla contra aquellos que han deshonrado la causa de Dios. Sin embargo, contrariamente a nuestra humana reacción, el profeta Isaías nos asegura que Dios actúa de forma radicalmente distinta a nosotros.

A todos los que hemos flaqueado, a los que nos han cortado las manos –y a los que hemos cortado manos– el Señor nos asegura que él “no quebrará la caña cascada ni apagará el pábilo que se extingue” (Isa. 42:3). La “caña cascada” era considerada como un elemento inútil; sin embargo, el Señor no la rechaza a pesar de su inutilidad.

Nuestro Salvador no nos abandona a causa de nuestra incompetencia, no nos evade cuando nos quedamos sin nada que nos ayude a aferrarnos de él. El Comentario bíblico adventista nos dice que Cristo “sería amigo del pecador humilde y contrito, y de todos los necesitados. Los que se consideran a sí mismos y también son considerados por otros, como casos desesperados, podrán hallar en él el consuelo, la fuerza y el ánimo que tanto necesitan”.49

¿Alguno de nosotros siente que sus fuerzas ya se han agotado y que solo es una pequeña luz, tenue, débil, agonizante? Es probable que algún “santo” nos haya “cortado las manos”; pero Dios seguirá actuando, sin cansarse, para que cada uno de nosotros pueda llegar a formar parte de la embarcación que nos llevará al cielo. Él no quebrará la caña cascada, no “apagará la llama vacilante” (NBV).

48 “The Work Before Us”, The General Conference Bulletin, 7 de abril de 1903, § 25, 26.49 Francis D. Nichol, Comentario bíblico adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), t. 4, p. 294.

J. Vladimir Polanco se ha desempeñado como pastor, profesor de teología y editor. Es el Editor de Publicaciones Teológicas de IADPA y director de la revista misionera "Prioridades", publicada mensualmente en cinco idiomas. El es el autor de varios libros.