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Todo mi ser vivirá confiadamente

Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente.

Salmo 16:8, 9, DHH.

En la cúspide de su carrera como atleta olímpica, Simone Biles se retiró de la final por equipos de gimnasia femenina en Tokio 2020. ¿Estaba lesionada Simone? No.

Cuando le preguntaron al respecto, ella contestó: “Tengo que concentrarme en mi salud mental”. Meghan Markle, la esposa del príncipe Enrique de Inglaterra, admitió haber tenido intenciones de quitarse la vida cuando vivía con la familia real británica.

Naomi Osaka, la tenista nipona, se retiró del Abierto de Francia a causa de su depresión. Jugadores de baloncesto a nivel profesional como Gordon Hayward, Kyrie Irving, DeMar DeRozan y otros han admitido su batalla contra problemas de salud mental.

Estas personas adineradas, famosas y exitosas no han podido llenar el vacío en su vida. Sus casos podrían ser similares al que vivió el salmista cuando escribió: “He sido derramado como el agua y todos mis huesos se descoyuntaron. Mi corazón fue como cera, derritiéndose dentro de mí” (Sal. 22:14).

¿Cuántos nos hemos sentido así, pero no hemos tenido el valor de admitirlo? Simone Biles nos ha dado una ineludible lección: hay fortaleza en reconocer que somos vulnerables, que no podemos con todo, que hay luchas que se ganan cuando nos rendimos.

Admitir que tenemos un problema de salud mental no nos hace frágiles, más bien nos abre el camino para que encontremos una solución. Aceptar nuestra fragilidad y buscar la ayuda divina hará que nuestro corazón entienda que “la fuerza de los habitantes de Jerusalén está en Jehová de los ejércitos, su Dios” (Zac. 12:5).

La declaración de Simone: “Tengo que concentrarme en mi salud mental” podríamos extenderla y llevarla a un “tengo que concentrarme en mi salud espiritual”. La salud mental y la espiritual van de la mano porque lo primero que hace Satanás es atacar nuestra mente.

Todos los que estemos batallando con nuestra salud mental, podemos afirmar como el salmista: “Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría. Todo mi ser vivirá confiadamente” (Sal. 16:8, 9).

Prestar atención a nuestra mente constituye una “fuente de vida y felicidad”, porque “la vida exterior es la expresión del yo interior”.59 Concentrarnos en lo interior es clave.

59 Crawford Howell Toy, A Critical and Exegetical Commentary on the Book of Proverbs, International Critical Commentary (Nueva York: C. Scribner’s Sons, 1899), pp. 97, 98.

J. Vladimir Polanco se ha desempeñado como pastor, profesor de teología y editor. Es el Editor de Publicaciones Teológicas de IADPA y director de la revista misionera "Prioridades", publicada mensualmente en cinco idiomas. El es el autor de varios libros.