Los que buscan hacer lo malo, pierden el camino; los que buscan hacer lo bueno son objeto de amor y lealtad.
Proverbios 14:22
Esa mañana, cuando Susana despertó, todo estaba preparado. Era el cumpleaños de su madre y Susana tenía organizado todo lo que iba a hacer. Ya sabía dónde iría con su padre para comprar el regalo.
Unas semanas antes, había visto que su madre miraba una cartera roja. Sostuvo la cartera sobre su brazo frente al espejo, preguntó el precio y la miró, pensativa, pero no la compró. Susana estaba segura de que este regalo agradaría a su madre.
¿Y el dinero para comprar la cartera? Sin que nadie lo supiera, la joven había estado ahorrando durante mucho tiempo. Cada vez que ganaba algo de dinero de sus padres o sus abuelos, ahorraba una parte.
Lo que había logrado ahorrar era suficiente para comprar la cartera y algunas cosas más. Según sus planes, después pasarían por la confitería más famosa de la ciudad para comprar una hermosa torta de cumpleaños.
Cuando Susana y su padre llegaron a su casa con el regalo y la torta, su madre casi lloró de alegría. ¡Qué buena sorpresa! Pero Susana, que había ideado todo, ¡parecía aún más feliz que su madre!
Dios se alegra con ese tipo de actitudes. Toda planificación, sacrificio y dedicación que implique esfuerzo en favor de otra persona, es como un homenaje a Dios mismo, porque él también actúa así con nosotros.
Incluso antes de crear el mundo, Dios proyectó hacer el bien a las personas al enviar a Jesucristo como sustituto para pagar por el pecado de todos.
Dios se deleita en quienes siguen su ejemplo de planificar el bien. ¿Qué tipo de actitud tienes hacia los demás
¿Piensas hacer el bien a la gente y regocijarte con ellos?
Pide a Dios que te ayude a hacer el bien a los demás, y así mostrar cómo es él.