Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23, NVI.
¿Qué haces cuando quieres dejar algo bien guardado y protegido? Ponerlo en una caja fuerte o ponerlo bajo llave en un cajón son buenas opciones. En la actualidad, cerramos puertas y ventanas con llaves y candados, activamos alarmas e instalamos cámaras; todo, para sentirnos seguros y protegidos.
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de conservar sus propiedades. Hace muchos años, en los castillos medievales, las puertas se cerraban con cerrojos muy pesados. Las llaves fueron desarrolladas años más tarde, alrededor del siglo XVIII, en Inglaterra.
El versículo de hoy nos recuerda algo que debe ser verdaderamente custodiado: el corazón. Dios quiere que tengas un corazón puro, por lo que es importante protegerlo de todo mal. Ora hoy a Dios y pídele que te ayude en esta tarea. Si le entregas la llave de tu corazón al Padre, estarás a salvo para siempre.
