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Dios protege

El Señor le dijo a Elías: ‘Vete de aquí, hacia el oriente, y escóndete en el arroyo Querit, que está al oriente del Jordán’

1 Reyes 17:2, 3

El reino del norte (Israel) vivió una de las etapas más difíciles de su historia cuando Acab y Jezabel impusieron la idolatría como estilo de vida.

Quienes eligieron ser fieles a Dios murieron o huyeron al reino del sur (Judá). Esta época nos enseña que en los momentos más oscuros, Dios aún envía a sus mensajeros para amonestar al pueblo. Por supuesto, ellos fueron los más perseguidos. El profeta más conocido de esta época es Elías.

Después de dar el mensaje de Dios de que venía un periodo de sequía, Elías tuvo que esconderse de los reyes. Dios ya tenía todo planeado y le había reservado dos lugares para vivir: primero, el lugar que menciona el versículo de hoy. Después, en la casa de una viuda pobre y extranjera, en Sarepta. Él estuvo a salvo en esos lugares, a pesar del odio del rey y la reina.

En 1 Reyes 18:3 se menciona a un personaje llamado Abdías, que a pesar de trabajar como mayordomo en el palacio, era fiel a Dios.

Gracias a su trabajo se enteraba de las estrategias del rey para matar a los mensajeros de Dios. Dios le dio valor, y así Abdías protegió a cien profetas; los dividió en dos grupos para que estuvieran escondidos en cuevas (vers. 13).

Pero Dios no protegió solo a los profetas; también protegió a personas que confiaban en él y fueron fieles. En 1 Reyes 19:18 se menciona a 7.000 que no adoraron a Baal.

Era un número significativo. Estaban distribuidos en sitios despoblados y Dios y sus ángeles los sostuvieron en la peor época de persecución.

El poder de Dios no ha disminuido ni un poquito. A lo largo de la historia hubo muchas persecuciones contra las personas que son fieles a Dios.

Pero los perseguidores nunca lograron ni lograrán destruir del todo a su Iglesia fiel en la tierra. Cuanto más se acerca la segunda venida de Jesús, más se complican las cosas para los que creen en Jesús y lo obedecen.

Pero Dios los protegerá también. ¡Ya falta poquito para que todo lo malo termine!

César Sánchez Murillo es pastor y, actualmente, trabaja como editor y traductor en la editorial GEMA Editores, México. Le gusta mucho hablar de Jesús a los demás, leer y le encantan los deportes.