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Una reprensión contra el orgullo

Aunque te eleves como el águila y pongas tu nido en las estrellas, de allí te haré caer.

Abdías 1:4

El libro del profeta Abdías es el más breve de todos los libros del Antiguo Testamento. “Abdías” significa “siervo de Jehová”, pertenecía al reino del sur y su mensaje está destinado a la nación de Edom (los descendientes de Esaú).
En Abdías podemos ver cómo Dios juzga a las naciones, y la primera razón para juzgar a Edom es su orgullo.

El orgullo aleja a Dios de nuestra vida, pues nos hace creer que podemos depender de nosotros mismos para vivir, planear y decidir, sin tener en cuenta a Dios ni su Palabra. Muchas personas que no conocen a Dios no le ven nada de malo al orgullo; en realidad, les cuesta reconocer su error, pues se resisten a aceptar la ayuda de Dios.

Así eran los habitantes de Edom, tan orgullosos que se habían alejado de Dios. Ellos se sentían seguros por la zona donde vivían. Como era un lugar alto y rodeado de montañas, creían que nadie los podría derrotar.

Además, estaban orgullosos por las riquezas que habían acumulado, pero Dios les anticipó que vendrían saqueadores y los dejarían en la ruina. Los edomitas también confiaban en la ciencia, en los sabios y en su poderoso ejército más que en Dios.

Las actitudes de los edomitas nos recuerdan que la humanidad no ha cambiado en nada. ¿No hacen lo mismo los hombres y mujeres hoy en día? Colocan su esperanza y su confianza en el dinero, en el lugar donde viven, en sus estudios, en ser parte de una nación poderosa… todo eso los hace sentir muy seguros, tanto que llegan a pensar que no necesitan de Dios y se vuelven orgullosos.

Al ver esta realidad, el sabio Salomón escribió: “Tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída” (Prov. 16:18). ¿Qué quiso decir? Por más orgulloso que te sientas por lo que eres o tienes, en algún momento te darás cuenta de que sin Dios no puedes hacer nada.

Él es el único que nos da la esperanza de una vida mejor junto a Jesús. Pídele a Dios que te ayude a depender de él siempre.

César Sánchez Murillo es pastor y, actualmente, trabaja como editor y traductor en la editorial GEMA Editores, México. Le gusta mucho hablar de Jesús a los demás, leer y le encantan los deportes.