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Dios prueba que nos ama

Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos 5:8, DHH.

La revista Time tiene una sección titulada “Diez preguntas”. Se trata de un espacio en que, personas de distintas partes del mundo, lanzan preguntas a alguien destacado.

En marzo de 2010, las preguntas fueron para Desmond Tutu, el líder religioso anglicano que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984 por su lucha contra la segregación racial que imperaba en Sudáfrica. Las preguntas que le hicieron fueron muy diversas, desde si tenía dudas con respecto a la fe hasta qué consejo podía darles a los que estaban trabajando en la reconstrucción de Haití.

Satu Rahikainen, de Finlandia, le preguntó: “¿Cuál es su pasaje favorito de la Biblia y por qué?” Esta fue la respuesta de Tutu: “Romanos 5:8: ‘Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros’.

Este pasaje resume maravillosamente el evangelio. Creemos que tenemos que impresionar a Dios para que pueda amarnos, pero él dice: ‘No, ya eres amado, incluso en tu peor momento’ ”.

Sí, “amado incluso en tu peor momento”. Eres amado por Dios sin importar lo que eres o lo que hayas hecho. Amado por Dios cuando eres pecador, rebelde, desobediente. Amado por Dios cuando crees que no mereces ser amado. Ese es el mensaje evangélico.

Cuando Pablo dice que “Dios prueba”, usa una palabra griega, synistemi, que encierra la idea de “demostrar”, “certificar”, “presentar evidencia”, “hacer resaltar”. Nuestro Padre celestial quiere despejar cualquier duda que tengamos respecto a su amor por cada uno de nosotros. El suyo no es solo un amor de palabras, sino de hechos; un amor que quedó probado, demostrado, certificado, presentado y resaltado cuando Cristo murió por nosotros.

En Romanos 5, Pablo dice que Dios actuó en nuestro favor cuando éramos débiles, impíos, pecadores y sus enemigos acérrimos. Sin embargo, a pesar de nuestra debilidad, impiedad y pecaminosidad, en la cruz Dios ofreció pruebas irrefutables de su amor por cada ser humano.

El apóstol Juan retoma el mensaje de Romanos 5:8 cuando afirma: “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados” (1 Juan 4:10, DHH).

Bien lo dijo Tutu: en la cruz, Dios probó que te ama aun en tus peores momentos. Ahí se resume todo.

J. Vladimir Polanco se ha desempeñado como pastor, profesor de teología y editor. Es el Editor de Publicaciones Teológicas de IADPA y director de la revista misionera "Prioridades", publicada mensualmente en cinco idiomas. El es el autor de varios libros.