Ustedes tienen necesidad de paciencia, para que […] obtengan la promesa.
Hebreos 10: 36, LBLA.
¿Alguna vez te pusiste muy contento por la visita de un amigo o un familiar? ¿Qué hiciste mientras esperabas? Algunos niños ayudan a sus padres a organizar la casa. Otros niños son impacientes y desobedecen a sus padres.
Hoy te quiero hablar del rey Saúl. Él tenía que esperar al profeta Samuel para presentar una ofrenda a Dios y recibir la bendición. El profeta tenía que orar por Saúl, para que Dios lo ayudara a desempeñar correctamente la obra de gobernar a Israel.
El rey debía esperar a Samuel durante siete días. Así que empezó a contar: 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7. ¡Por fin llegó el día tan esperado! Transcurrieron dos horas, tres horas, y Saúl miraba hacia el camino para ver si se acercaba Samuel, pero no divisaba a nadie. Saúl estaba inquieto al ver que el profeta no llegaba. Así que decidió presentar él mismo la ofrenda a Dios.
Justo cuando terminó de presentar la ofrenda, llegó Samuel, y le dijo: «¿Qué has hecho? ¡Has desobedecido a Dios! Ahora ya no serás el rey». Saúl no fue paciente y desobedeció a Dios.
Sé que algunas veces te es difícil esperar; por ejemplo, a que llegue tu abuelo con tu juguete favorito. Pero si eres paciente podrás obedecer a Dios y a tus padres.
Querido Padre, quiero ser paciente en todo momento.
Actividad: Junto con tu familia, dedicarán un día a realizar diversos juegos que impliquen esperar su turno.