Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
Proverbios 3:5, 6, NTV.
A finales de 2012, Salvador Alvarenga, un experimentado pescador salvadoreño, y su compañero Ezequiel Córdoba salieron a pescar tiburones en las costas de Chiapas, México.
Había aviso de tormenta, pero Alvarenga restó importancia a los pronósticos meteorológicos y continuó haciendo los preparativos necesarios para zarpar. Según Jonathan Franklin, “Alvarenga conocía el peligro de las tormentas mejor que la mayoría, pero entendía que la clave era saber interpretar el viento, las olas y las nubes. Una simple mirada a las olas y al cielo le proporcionaba información suficiente para calcular la fuerza de cualquier tormenta”.231
Así que, contra todo pronóstico, Alvarenga aceptó el reto, se negó a cambiar de planes y se marchó a batirse en duelo con el mar.
Lamentablemente, la tormenta fue más terrible de lo que se pensaba y la pequeña embarcación zozobró ante el poder despiadado del viento y del mar. Alvarenga y Ezequiel, sin rumbo y sin comida, quedaron perdidos en medio de la vastedad del océano. Tras cuatro meses de naufragio, Ezequiel perdió las esperanzas de ser rescatado, y el hambre y la sed lo llevaron a la muerte.
Alvarenga en cambio seguía aferrado a la vida; sin embargo, también comenzó a deteriorarse, tanto física como mentalmente. En medio de la desesperación “le suplicaba a Dios que lo condujera hasta tierra firme”. Y su oración fue contestada catorce meses después en las costas de las islas Marshall.
Como estuvo Alvarenga, quizá tú también estés naufragando en medio de tus problemas y ansiedades. Y si estás así, este es el momento de poner en práctica el consejo salomónico: “Confía en el Señor con todo tu corazón” (Prov. 3:5, NTV).
Confiar conlleva la idea de creer tanto como si la vida dependiera de ello. Y cuando tienes ese tipo de confianza en el Señor, él cumple su promesa: “Te mostrará cuál camino tomar”. Como escribió Longman III, “los caminos del señor son los mejores, tienen menos obstáculos”.232
No hay motivos para temer. “Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!” (Sal. 27:14, NVI). El Señor va abriendo caminos y pronto estarás en un puerto seguro.
231 Jonathan Franklin, 438 days: An extraordinary true story of survival at sea (Nueva York: ATRIA books, 2016), p. 30.232 Tremper Longman III, Proverbs. Baker Commentary on the Old Testament Wisdom and Psalms (Grand Rapids, Míchigan: Baker Publishing Group, 2006), p. 127.