Y pagar a cada uno conforme a lo que haya hecho.
Romanos 2: 6
EN RELACIÓN CON LOS DATOS PRESENTADOS EN EL ESTUDIO DE ayer, los investigadores preguntaron al aproximadamente 30% restante de los jóvenes por qué aún permanecían en la iglesia. Más de la mitad afirmó que la iglesia es una parte vital de su relación con Dios, y que les gusta que la iglesia los oriente en sus decisiones. Otros afirmaron que seguían asistiendo porque las actividades de la iglesia forman parte importante de sus vidas, o porque creen que la iglesia los ayuda a ser MEJORES PERSONAS.
¿Y tú? ¿Por qué vas a la casa de Dios? Es fácil sentirnos arrastrados a hacer algo por conveniencia, por tradición o incluso porque nuestros amigos lo hacen. Pero la Biblia deja este asunto bien claro: LA SALVACIÓN ES INDIVIDUAL. No es como un trabajo en grupo, en el que tú no haces nada y obtienes la misma nota que los que sí han trabajado.
Cuando Jesús vuelva, de nada servirá mirar a los que te rodean para tranquilizar tu conciencia (de paso, ¡eso no está nada bien!). De hecho, debemos ser sinceros, en primer lugar, con nuestra propia conciencia. Al fin y al cabo, allí se encuentra el punto al que solo tenemos acceso nosotros y Dios.
En otras palabras, la vida espiritual es un caminar permanente con aquel que conoce no solo tus acciones y reacciones, sino también tus verdaderas intenciones. Así que no tiene sentido disfrazarse ni disimular una vida cristiana en la casa de Dios (ni en ningún otro lugar), si tu mente nunca eligió estar en su presencia.
Haz del día de hoy un día de elección consciente e individual. Elige estar con Dios, porque así lo deseas. Decide que él sea el centro de tu vida, antes de que sea demasiado tarde. Nadie puede hacer esto por ti.
