¡Su amor llena toda la tierra!
Salmo 33: 5
¿Qué ave te gusta más? Hoy vamos a conocer algunos datos curiosos de algunas aves sobre las que puede que no hayas escuchado nunca…
El pato torrentero de Sudamérica pasa toda su vida en ríos y arroyos caudalosos con peligrosas cascadas y rápidos. Tiene unas plumas rígidas especiales en la cola que le ayudan a mantener el equilibrio en las aguas rápidas.
El quebrantahuesos come huesos. Puede tragarse un hueso de hasta 25 centímetros de largo y diez de ancho. Si un hueso es demasiado grande para tragárselo, el quebrantahuesos lo levanta con sus patas y lo deja caer contra las rocas para romperlo.
Las patas del pato almizclero de Australia están tan atrás en su cuerpo que no puede caminar derecho por tierra, tiene que deslizarse sobre el vientre. A veces come tanto, que se hunde en el agua hasta que solo se le ven los ojos y las fosas nasales.
El maluro del mallee (también de Australia) sabe distinguir la temperatura con el pico. Construye una enorme pila de hojas, ramas y arena para poner sus huevos y, después de comprobar la temperatura con su pico, añade o quita agua de la parte superior de la pila para mantener los huevos a 33 °C (92 °F). Esa es la temperatura justa para que los huevos eclosionen.
El lorículo coroniazul tiene el cuerpo verde brillante, la garganta y la espalda roja, el cuello amarillo y un círculo azul brillante en la cabeza. Se podría pensar que este loro es fácil de ver, pero se esconde colgándose boca abajo de una rama para dormir, y parece una hoja.
Subraya aquellas aves que no conocías y dale las gracias a Jesús por tantas aves maravillosas que ha creado.
Vicki