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El juego de la golosina

Matinal para Menores 2024

Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.

1 Pedro 5: 7

Un científico estaba jugando con una mona llamada Judy porque quería ver cuán lista era. En uno de los juegos, el científico dejo caer une golosina en un jarrón de cristal alto y esperó a ver qué hacía Judy.

Judy quería esa golosina, así que metió su brazo delgado en el jarrón y la agarró con la mano. Pero cuando intentó sacar la mano cerrada, no cabía por la estrecha boca del jarrón, así que se quedó sentada con la mano dentro del jarrón durante un buen rato. Quería la golosina, pero no sabía qué hacer, y al final Judy se echó a llorar.

Entonces el científico agarró otro jarrón y le enseñó a Judy cómo darle la vuelta para sacar la golosina. Inmediatamente, Judy soltó su golosina, sacó la mano y puso el jarrón boca abajo. La golosina cayó y se la comió.

Pobre Judy, necesitaba ayuda, ¿verdad? Esa historia me recuerda a nosotros. A veces hacemos cosas tan tontas como esta mona, que no sabía que tenía que soltar la golosina para poder sacar la mano y comérsela.

Puede que digamos una mentira o tomemos algo que no es nuestro, entonces nos quedamos bloqueados y nos sentimos peor que Judy con su mano atrancada en el jarrón. La única manera de liberarnos es entregar nuestro problema a Jesús y pedirle ayuda.

Si tienes un problema con el que estás bloqueado, cuéntaselo a Jesús. Él te ayudará a saber qué hacer.

Julie.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.