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La humildad como estilo de vida

Matinal para Mujeres 2023

La humildad es una forma de acercarnos a todo lo que nos rodea.

Mark R. McMinn.

A veces, observamos la reacción de una persona en una situación concreta y pensamos: “¡Qué humilde es!”. Llegamos a esta conclusión al darnos cuenta de que, ante esa misma circunstancia, nosotras hubiéramos reaccionado diferente.

Estamos, en todo caso, hablando de una humildad situacional; incluso la persona más orgullosa y narcisista puede tener conductas, momentos o estados de humildad por razones tan arrogantes como hacer creer que es humilde. Una paradoja entre tantas otras de nuestra naturaleza humana caída.

Cuando la Biblia nos llama a ser humildes (Efe. 4:2; Fil. 2:3; Sant. 3:13; 4:10; Col. 3:12; 1 Ped. 3:8), no nos está hablando de fijar nuestra mente en conductas concretas y mucho menos de aparentar ser lo que no somos. El llamado bíblico a la humildad tiene que ver con un estilo de vida; con acercarnos a lo que nos rodea de la manera en que lo hizo Jesús, quien dijo: “Aprendan de mí, pues soy humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” (Mat. 11:29).

Y si Jesús dijo que la humildad es buena para el descanso del alma, los científicos añaden hoy que la humildad está asociada a mejor salud mental (autoestima, gratitud, perdón), mayor rendimiento académico y profesional, relaciones de pareja más positivas, menos conflictos espirituales y menos ansiedad ante la muerte.135

¿En qué consiste la humildad como estilo de vida? Según la autora y profesora de Psicología June Tangney, básicamente en seis actitudes permanentes:
Verse a uno mismo con equilibrio (no somos la gran cosa pero tampoco es que no valgamos nada).

Reconocer que tenemos limitaciones y cometemos errores (es decir, aceptar que no siempre tenemos la razón).Ser personas enseñables, con la mente abierta a la posibilidad de aprender para cambiar, mejorar y crecer.

Poner en perspectiva nuestros logros y capacidades. Para los cristianos, la perspectiva es clara: nuestros dones vienen del Señor, que los reparte conforme a su voluntad y según sus propósitos de salvación.No centrarse demasiado en uno mismo.Valorar la perspectiva de los demás.Mucho para aprender; y para aprenderlo del único que fue realmente humilde: el Maestro.

“Presentándose como un hombre cualquiera, [Jesús] se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz” (Filipenses 2:7, 8).

135 Mark R. McMinn, The Science of Virtue (Grand Rapids, Míchigan: BrazosPress, 2017), p. 104.

Mónica Díaz, es licenciada en Traducción por la Universidad de Vigo, España. Con más de dos décadas de experiencia en la edición de libros, actualmente es editora senior en IADPA. Le apasionan la teología, la psicología, la poesía y las relaciones humanas.