Nadie considere una hazaña el tener una experiencia asombrosa para relatar. […] Nuestra única seguridad consiste en aferrarnos a Jesús.
Elena de White.
Dice Clifford Goldstein en La esperanza definitiva: “El 17 de diciembre de 1903, tras siglos de búsqueda de la posibilidad de que el hombre volara, los hermanos Wright nos hicieron despegar en el primer vuelo sostenido de una nave más pesada que el aire.
¡Qué hazaña! El 1º de noviembre de 1911, el teniente Giulio Gavotti, sobrevolando un campo militar turco en Libia, lanzó cuatro granadas por el costado del avión en el primer bombardeo aéreo del mundo. ¡Qué hazaña! Aprendimos cómo volar y, ocho años después, ¿qué hicimos con nuestras nuevas alas? Bombardearnos unos a otros”.142
¿Qué tipo de cosas consideras tú como “hazañas”? A los ojos del mundo y a la luz de la Biblia, ¿hazaña es lo mismo? Al buscar la palabra “hazaña” en el diccionario, leemos lo siguiente: “Proveniente del árabe hasanah, buena acción”. Interesante cómo el significado de esta palabra ha cambiado, pues dudo mucho que arrojar cuatro granadas desde un avión sea una “buena acción”. No dudo que sea heroica a los ojos del mundo, pero ¿buena?
El diccionario, tras explicar el origen de la palabra, dice qué significado tiene hoy. Hazaña, en el español moderno, significa “acción o hecho especialmente ilustre, señalado o heroico”. El matiz de “buena acción” se perdió, por eso no me extraña que no esté claro qué constituye una hazaña y qué no.
¿Nos invita la Biblia a realizar acciones de este tipo, es decir, hazañas, actos buenos, especialmente ilustres, señalados o heroicos? Sin duda. Y nos invita también a descubrir cuál es la clave para lograrlo. Vamos juntas a leer el Salmo, capítulo 60 y versículo 12. Dice así: “Con Dios, haremos proezas”. ¿Sabes cómo define el diccionario la palabra “proeza”? “Hazaña o acción valerosa”.143
Proezas, hazañas, son sinónimos. Es decir, que la Biblia nos invita a realizar proezas o hazañas en nuestra vida, y acto seguido nos aclara cuál es la manera de lograrlo: con Dios. En palabras de Elena de White: aferrados a Jesús.
Con Dios, haremos proezas; separados de Dios, nada podremos hacer (Juan 15:5). Simple y contundente. La hazaña no es el tener una experiencia asombrosa para contar, sino el aferrarnos a Jesús como única fuente de seguridad espiritual que nos permita vivir de tal manera que nuestra fe se vea en nuestras obras. Obras que serán auténticas hazañas.
“Con Dios, haremos proezas” (Salmos 60:12).
142 Clifford Goldstein, La esperanza definitiva, Doral, Florida: IADPA, 2021, pág. 44. 143 Ver el Diccionario de la lengua española en línea, en dle.rae.es/proeza?m=form