Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios.
1 Pedro 3: 3-4
UNA PRÁCTICA HABITUAL ENTRE LOS ADOLESCENTES ES DEDICAR mucho tiempo a hacerse selfies perfectas, editarlas para publicarlas en las redes sociales y estar pendientes de las interacciones de sus seguidores. ¿Alguna vez has visto a alguien atrapado por esta práctica?
En 2019, unos investigadores decidieron analizar el impacto de las selfies en el bienestar de los adolescentes. Entre las conclusiones, los autores señalaron que visualizar selfies online de otras personas tiene un impacto negativo en la confianza de los adolescentes con respecto a su propio cuerpo. Además, depender de otras personas para reforzar su sentido de valía personal también puede perjudicar el desarrollo emocional de los adolescentes.
Tomarse selfies no tiene nada de malo. El problema radica en dedicar tanto tiempo a editar el exterior cuando deberíamos estar más preocupados por el interior. LAS APPS NO TIENEN FILTROS PARA CORREGIR UN CORAZÓN PECADOR, NI TAMPOCO AUMENTAN EL BRILLO DE NUESTRAS VIDAS.
El trabajo de editar lo que somos va mucho más allá de la apariencia y debería ser una tarea constante. La mayor belleza es la demostración de un espíritu suave y tranquilo. Esto tiene un gran valor para Dios.
Pídele a Dios que te transforme en la mejor versión de ti que puedas llegar a ser.