Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas.
Génesis 1: 16
¿Sabes qué es un cuerpo celeste? Si no lo sabes, búscalo en el diccionario. Lee las siguientes pistas y averigua al final de la lectura de qué cuerpo celeste vamos a aprender hoy.
A menudo se me puede ver en noches claras y oscuras.
Cuando golpeo la atmósfera terrestre, salto como una roca sobre el agua, provocando una «estrella fugaz».
Algunos científicos creen que cientos de millones de mí golpean la atmósfera terrestre cada día. La mayoría se queman, pero algunos del tamaño de guijarros o autos no se queman y chocan con la Tierra.
Si no fuera porque la atmósfera de la Tierra la protege como una manta, nada podría vivir porque chocaríamos con la superficie terrestre en lugar de quemarnos.
Muchos de nosotros orbitamos juntos por el espacio y formamos la cabeza de un cometa. «Lluvias» de mí llegan en momentos predecibles del año cuando la Tierra pasa por la órbita de un cometa.
Respuesta: Soy un meteoro. Si soy pequeño, me quemaré cuando atraviese la atmósfera terrestre. Pero si soy más grande, llegaré a la Tierra.
Con la fe sucede como con un meteoro. Si nuestra fe es pequeña, desaparecerá cuando pase por pruebas. Sin embargo, si nuestra fe es más grande, superaremos la prueba. Excepto que, en vez de aterrizar en la Tierra, ¡nuestra fe en Jesús nos aterrizará en el cielo!
Vicki.
