Ustedes deben orar así: «Padre nuestro que estás en el cielo».
Mateo 6: 9
Al final de cada lectura de este libro oramos por diversos motivos. Oramos para agradecer, para pedir ayuda para otros y también para pedir perdón a Dios. Y es que la oración es la forma en la que hablamos con nuestro Padre Dios. Y lo más hermoso de esto es que el Padre Dios siempre está atento a tus oraciones.
Dios escucha todas nuestras oraciones, aunque sean oraciones hechas solo en la mente. Por ejemplo, te voy a pedir ahora que ores en tu mente, agradeciendo a Dios por algo que te hace feliz, pero no me digas lo que es. Solo el Padre Dios puede escucharte. ¿Ya lo hiciste? ¡Muy bien! Solo tú y el Padre Dios saben de esa oración. Él la escuchó con atención y se siente feliz.
También están las oraciones que hacemos en voz alta. Por ejemplo, cuando una sola persona ora en público, y los demás prestan atención y guardan silencio. Esto significa que ellos están de acuerdo con lo que se le está diciendo a Dios. Por eso al finalizar todos dicen «amén».
Oramos siempre hablando al Padre en el nombre de Jesús. Ya sea que lo hagas en tu mente o en voz alta, el Padre quiere escucharte porque le interesa todo sobre ti.
Jesús dijo que el Padre Dios es bueno y que sabe todo lo que necesitas decirle. Pero es mejor si tú mismo se lo dices, porque a él le gusta escucharte.
Conoce a Jesús
Palabra clave Atento. Es cuando miras, escuchas y percibes algo que ocurre, e ignoras cualquier otra actividad a tu alrededor.
Actividad: Orar
Oración: Padre nuestro, gracias porque siempre escuchas mi oración. En el nombre de Jesús, amén.