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Celebremos el agua viva

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?

Salmos 42: 1-2

El Día Mundial del Agua fue propuesto durante la conferencia de las naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, misma que se llevó a cabo en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. Así, desde el 22 de marzo de 1993 se celebra el Día Mundial del Agua, cuyo propósito es concientizarnos acerca del resultado que tiene el descuido de los ecosistemas, pues dificultamos el acceso a los recursos hídricos que son imprescindibles para la supervivencia.

Cerca de 1,000 niños mueren diariamente alrededor del mundo debido a enfermedades diarreicas asociadas al agua potable contaminada. Y pese a los esfuerzos realizados en la actualidad por Mozambique, Papúa Nueva Guinea y la República Democrática del Congo, más de la mitad de la población sufre la falta de agua potable.

La comparación que hace el salmista con el bramido del ciervo por agua, en relación con nuestro anhelo de un encuentro con el «Agua de Vida», debería ser una necesidad vital para el cristiano hoy. Cansado, perseguido y sediento es como se sentía David al escribir estas palabras. La condición de la humanidad no es muy diferente ahora; muchas personas están sedientas y, sin embargo, su sed es saciada por aguas contaminadas por el pecado que solo brindan auxilio temporal que termina en la muerte.

Existe un espacio en el mundo en el cual el 95% de los habitantes no se abastecen de la fuente de «Agua Viva» que es Cristo el Señor. Este espacio es denominado la ventana 10-40, en donde el Hinduismo, el Islam y el Budismo son las religiones predominantes, lo que significa que estas personas podrían seguir muriendo sin conocer a El Salvador, sumergidos en hambrunas, pobreza y prostitución.

Es posible que diariamente llegue a tu hogar suficiente agua limpia y también te abasteces del «Agua de Vida» cada día. ¿Qué estamos haciendo para que la sed espiritual de otros también sea saciada?

La buena noticia es que Dios nos ha provisto de recursos para ser canales de agua de bendición a quienes lo necesiten. Ya sea con nuestros dones, llevarla personalmente a otros, o bien con nuestros recursos, proveer el sustento de los misioneros que se encuentran predicando del «Agua de Vida» en la ventana 10-40. Sacia hoy tu vida y la de alguien más.