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No temas, porque contigo estoy

No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.

Jeremías 1:8, RV60.

Recuerdo ese día en la Universidad de las Antillas, la universidad adventista Puerto Rico, como si fuera ayer. Me encontraba frente a mi profesor y compañeros de clase, listo para dar mi primer sermón. El nerviosismo se apoderaba de mi estómago, y una ansiedad palpable se extendía por mis manos temblorosas. Fue entonces cuando la promesa de Dios a Jeremías resonó en mi corazón: «No temas, porque contigo estoy».

En aquel momento de desafío esas palabras cobraron un significado profundo para mí. Visualicé esa mano reconfortante y amorosa de Dios sobre mi hombro, infundiéndome la confianza y el apoyo que necesitaba. A pesar de los nervios, supe que no estaba solo; Dios era mi protector, al igual que lo fue para Jeremías.

Comprendí que no debía subestimar mi valor y potencial, independientemente de mi juventud e inexperiencia. Dios me había creado con un propósito y me equiparía para cumplirlo. Al igual que un guía que lleva una linterna a través de un sendero oscuro, sentí que Dios iba delante de mí, iluminando mi camino y disipando cualquier temor.

Con cada palabra que pronunciaba, recordaba la promesa de Dios y sentía cómo la confianza y la valentía me llenaban. Acepté quién era en Dios, reconociendo los dones y habilidades que él me había dado. Me mantuve fiel a su guía, confiando plenamente en la dirección que él marcaba para mi vida.

Ese día, en la «Antillean», enfrenté mi temor y ansiedad con la verdad eterna: «No temas, porque contigo estoy». Y ahora, cada vez que enfrento un nuevo desafío, llevo esa confianza y valentía conmigo, sabiendo que él es mi protector y guía en cada paso que doy. Te animo a que hoy hagas tuyas esas palabras también.

Oración: Ayúdame, Dios, a recordar siempre que no estoy solo en los desafíos que enfrento.