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Té de manzanilla con galletas

Así que llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que alegrarse, disfrutar de la vida mientras podamos.

Eclesiastés 3:12.

Aquella fue una semana bastante complicada. El niño se había lastimado el pie, la abuela aún estaba en el hospital y la mamá tenía mucho trabajo para hacer en la escuela. Era maestra.

Claro que Giovanna quería pasear, andar en bicicleta en el parquecito o hacer esa receta deliciosa de galletitas. Primero se puso triste porque no podía hacer nada; todos estaban ocupados y corriendo de aquí para allá.

Después, tuvo una idea. Preparó todo y llamó a la mamá.

-¡Cierra los ojos, es sorpresa!

Al llegar cerca de la mesa, la mamá se emocionó. En el platito azul de postres la niña puso cuatro galletitas, y en la taza favorita de la mamá había té de manzanilla.

-Con agua natural, para que no necesites enfriarlo, explicó la niña.

Ese día, que parecía tan triste, cambió por completo. Fue como que el sol entró en la casa. Y Giovanna aprendió que somos felices cuando cuidamos a quien amamos.

Mi oración: Papá que estás en los cielos, que mi familia sea muy feliz, y que pueda hacer mi parte.

¿Hay algo especial que puedas hacer por cada integrante de tu familia? Un gesto simple puede marcar toda la diferencia. ¡Prueba eso hoy!

Felicidad: Sensación buena, de alegría inmensa; viento en el cabello en un día caluroso; abrazo de alguien especial; estar con los amigos; viajar en familia.