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Mamá de fe

Vete a vivir a la aldea de Sarepta, que está cerca de la ciudad de Sidón. Yo le he ordenado a una viuda de allí que te alimente.

1 Reyes 17:9.

Era una casa simple en una ciudad pequeña. Allí vivían una mamá y su hijo. Ellos no tenían dinero, ropa bonita ni siquiera mucha comida, pero eran felices y estaban agradecidos.

La vida se puso aún más difícil para ellos, y pronto solo quedó lo suficiente para hacer un poco de pan. La mamá no lloró ni se desesperó. Fue a buscar leña para hornear el pan. Era una mujer fuerte, que ya había enfrentado dificultades. Creía en los milagros.

Entonces, apareció en su puerta un profeta, un hombre que hablaba acerca de Dios y de la esperanza. El profeta Elías le pidió agua, y ella le convidó rápido. Pero cuando pidió un poco de comida, ella tuvo que explicarle la situación de la familia. No tenía casi nada y usarían lo poco que quedaba de ingredientes para un pan. Todos tenían hambre, pero la mujer tuvo la generosidad de preparar y servir el pan para el profeta. Elías dijo que Dios proveería más comida para ellos.

Dios hizo un milagro en esa casa: el aceite y la harina no faltaron en las vasijas; simplemente aparecía más y más, y así ellos no pasaron hambre.

Mi oración: Señor, ayúdame a tener acciones generosas para con las personas.

Generosidad: Sentimiento bonito como un rayo de sol, de ayudar a las personas con amor.