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La honra de tener a Jesús en el hogar

Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: ¡Zaqueo! -le dijo-. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa.

Lucas 19:5.

Imagino la cara de espanto de las personas cuando Jesús le dijo a Zaqueo: ¡Voy a cenar contigo hoy!

¡Qué honor! Un privilegio mayor que el presidente diga que te va a visitar, o que algún rey o reina comunique que va a almorzar con tu familia. ¡Es algo de grandiosa importancia!

Piensa en la cara de espanto de Zaqueo también. ¿Será que se preocupó por qué le serviría al Maestro Jesús? ¿O si su casa estaba arreglada para recibir a esa visita tan importante?

Lo más interesante de esa historia es que el foco de Jesús no estaba en cenar, en el mantel de la mesa o en sí la casa de Zaqueo era bonita o no. Jesús le da importancia a la vida de Zaqueo, a sus sueños y a su rutina, a sus miedos y ansiedades. Él aconseja y escucha.

Para Jesús, lo más precioso en todo el mundo es el ser humano. Y para ti, ¿qué es lo más importante en la vida?

Mi oración: Querido Dios, que pueda darle importancia a las personas, no a las cosas.

Haz una lista de las cosas más importantes de tu vida. ¿Jesús está en ese listado? ¡Piensa en eso!

Importancia: Algo a lo que le damos más valor porque se destaca de otras cosas.