Había un hombre llamado Job que vivía en la tierra de Uz. Era un hombre intachable, de absoluta integridad, que tenía temor de Dios y se mantenía apartado del mal.
Job 1:1.
Job era un hombre íntegro. ¿Y qué significa eso? Él era justo, honesto, no quería «sacar ventaja» de las personas. Era un padre trabajador, que inspiraba a sus hijos en el camino correcto.
Piensa en esto: ¿Cuántas personas íntegras conoces? Yo estaba caminando en la calle cuando vi la siguiente escena: una mujer caminaba apurada, hablando por el celular. Sin querer, dejó caer algunas cosas de su cartera. Se agachó rápido y tomó sus pertenencias, pero no vio una pequeña billetera. Una niña de unos cinco añitos caminaba con su mamá justo detrás y vio lo que sucedió.
La niña rápidamente tomó la billetera y corrió para entregársela a la mujer. ¡Qué hermosa actitud! Una niña íntegra. ¿Cómo actuarías en una situación así? Ser íntegro y honesto es siempre la mejor elección que podemos tomar.
Mi oración: Querido Dios, ayúdame a ser un niño íntegro, justo y honesto.
Íntegro: Cualidad de una persona justa, correcta, que no engaña a los demás.