Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Lucas 22:42, RV60
¿Recuerdas cuando Jesús oró en el Jardín de Getsemaní? En Lucas 22:42, somos testigos de un profundo momento de rendición cuando Jesús, ante la inminente crucifixión, oró a Dios expresando su deseo de un camino alternativo, aunque finalmente se entregó a la voluntad de Dios. Su presentación muestra el máximo ejemplo de entrega al plan de Dios, incluso frente a un gran sufrimiento. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Jesús?
Rendición total. Lucas 22:42 refleja la esencia de la entrega total cuando Jesús renunció a su propia voluntad para alinearse con el propósito de Dios. Entregarnos a Dios implica dejar nuestra vida plenamente en sus manos, y reconocer su soberanía. Salmo 37:5 nos anima con estas palabras: «Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él y él actuará».
Fe. Proverbios 3:5 y 6 nos anima a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y a no apoyarnos en nuestra propia prudencia. La rendición requiere una confianza inquebrantable en la sabiduría de Dios, incluso cuando nuestra propia comprensión se queda corta.
Confianza en el plan. Jeremías 29:11 nos asegura que los planes de Dios son para nuestro bienestar y no para el daño. Tienen el objetivo de darnos un futuro y una esperanza. La rendición reconoce que el plan de Dios es muy superior al nuestro y conduce a un futuro lleno de esperanza.
La rendición ejemplificada por Jesús en el Jardín de Getsemaní es un profundo ejemplo de cómo alinear nuestra voluntad con el propósito divino de Dios, incluso frente a desafíos abrumadores. La rendición implica confianza total, fe inquebrantable y el reconocimiento del plan perfecto de Dios para nuestra vida.
Oración: Padre celestial, enséñame el arte de la entrega, siguiendo el ejemplo de tu Hijo Jesús en el Jardín de Getsemaní.