Vivan como sabios, no como necios; aprovechen bien cada oportunidad.
Efesios 5: 15-16, NBV.
En su libro Mejores decisiones, menos lamentos, Andy Stanley plantea que «tus decisiones son lo único que puedes controlar en la vida, lo cual significa que tus decisiones son la manera en que controlas tu vida […]. La buena noticia es que tú decides, pero tomas una decisión a la vez, porque tú escribes la historia de tu vida, una decisión a la vez».* Siendo ese el caso, ¿no crees que debemos detenernos en cada punto de la toma de decisiones y considerar la historia que queremos contar? O, dicho de otro modo, deberíamos considerar qué historia queremos que se cuente sobre nosotros.
Una historia bíblica que nos puede ayudar a comprender mejor el tema de las decisiones, y el tiempo correcto para tomarlas, es la del faraón y las ranas. La encontramos en Éxodo 8. El faraón, hastiado por la plaga de ranas, buscó un alivio inmediato y, ante la pregunta de Moisés: «Dime cuándo quieres que yo le pida por ti, […], para que las ranas se alejen de ti» (Éxodo 8: 9), el monarca le pidió a Moisés que orara a Dios al día siguiente (vers. 10). La decisión del faraón es un ejemplo de mediocridad y conformismo. Pudiendo haber obtenido una respuesta inmediata, optó por pasar una noche más con las ranas.
Lo más lamentable es que la conducta del faraón se repite a diario en la vida de miles de personas. Cada día más de uno de nosotros pospone las decisiones más importantes, las espirituales. Teniendo a nuestro alcance un Dios que desea ayudarnos hoy, preferimos pasar la mayor parte de nuestras vidas rodeados de las ranas del miedo, la indecisión y la inseguridad.
Creemos que «mañana» es el mejor día para ocuparnos de nuestra salvación y en el proceso olvidamos las palabras del Señor: «Escuché tu clamor en tiempo favorable, y en día de salvación te socorrí». Ahora mismo es el tiempo favorable de Dios; hoy es el día de la salvación» (2 Corintios 6: 2, NBV).
Tus decisiones escriben tu historia y hoy es el mejor día para tomar las decisiones más importantes. No sigas rodeado de las mismas ranas de ayer. Decide hoy aceptar la ayuda de Dios.