Porque por fe andamos, no por vista.
2 Corintios 5: 7
Se busca clavadista de caballos», era el título de un anuncio que Sonora encontró. Su fascinación por los caballos y las pocas oportunidades que tenía por ser huérfana, le hicieron emprender el camino en busca de aquel empleo. A sus 15 años, se unió al espectáculo del doctor Carver, mismo que consistía en el salto de un caballo y su jinete desde un trampolín hacia el agua.
Todo marchaba de maravilla, hasta que un día la caída del caballo no fue favorable y Sonora cayó al agua con los ojos abiertos. Aquello ocasionó el desprendimiento de retina de ambos ojos, por lo que la clavadista perdió la vista permanente. A pesar de su impedimento, Sonora estuvo decidida a continuar con su sueño a pesar de estar ciega, y así lo hizo. Durante aproximadamente una década estuvo presentando el espectáculo y los asistentes no se dieron cuenta.
Afortunadamente, ese espectáculo en la actualidad no está permitido gracias a un grupo de defensores de animales que lograron cancelar los eventos en 1978. Pero para fines de nuestro estudio, no podemos pasar por alto la tenacidad y la determinación de Sonora al avanzar por fe. En el versículo de hoy, el apóstol Pablo recalca «porque vivimos por la fe, no por la vista».
En muchas ocasiones dejamos que las pequeñas piedras en el camino que podríamos saltar, se conviertan en montañas que no podemos escalar. El miedo, la frustración y el orgullo nos hacen desistir de seguir en la lucha del sueño de llegar a la patria celestial. Es decir, concentramos nuestro viaje únicamente en lo que vemos y dependemos tan solo de las oportunidades favorables.
Como hijas de Dios, debemos avanzar por fe, con una fe ciega. Porque una fe ciega no es la que solo ve oscuridad, sino la que ve a través de la fuerza del corazón y decide seguir adelante en la conquista de sus sueños e ideales.
Cuando surjan los inevitables conflictos, los problemas, las oposiciones, y quieras abandonar, no abandones, no renuncies. No mires con la vista, mira con la fe. Si tu sueño es estar un día en el cielo gozando de la patria celestial, sigue firme. Avanza por la fe y no solo por lo que tus ojos te permiten ver. La buena noticia es que Jesús te guiará en este trayecto hacia su encuentro. ¿Te parece maravilloso?