No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo,
“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. ¡Que tu buen espíritu me lleve por un camino recto!»
Danos alguna heredad. Números 27:3, 4 (RV95). Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa no bajaron el rostro anegadas en lágrimas.
Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero para decirle: «Traigan los dioses sobre mí el peor de los castigos, si
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he
“De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, sólo miseria» (Proverbios 14:23). Son cajas de metal o de un