Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios. Deuteronomio 29:29. Estoy seguro de que los incrédulos que desafían tu fe
Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él
Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro? Salmo 56:8. Nuestra oración
“Tú y yo somos iguales ante Dios; yo también fui formado de barro” (Job 33:6). Es la preferencia que muestran