«Vale más terminar un asunto que comenzarlo. Vale más ser paciente que valiente»
(Eclesiastés 7:8).
Una persona no sabe si es valiente o no hasta que enfrenta una situación difícil o peligrosa y realiza un acto de valor para beneficio de los demás. A veces, los niños que son callados o tímidos, en esos momentos difíciles demuestran ser tan valientes que sorprenden a todos los que están a su alrededor.
Heber era de la familia de la esposa de Moisés. Su esposa se llamaba Jael. Ellos recibían a muchos viajeros y a todos les daban hospedaje y comida. Algunos sabían hacia dónde iban porque tenían un mapa y otros llegaban por accidente. Así le ocurrió al general Sisara que pertenecía al reino de Hazor. Estaba peleando contra el ejército de los israelitas a cargo de Barac, y huyó para salvar su vida. Pero estaba muy cansado y pidió pasar la noche en la casa de Heber y Jael. Después de comer, él se durmió profundamente. Tanto Heber como Jael sabían que él era enemigo de los israelitas y que por mucho tiempo había hecho mucho daño al pueblo de los hebreos. Sin perder tiempo, Jael hizo justicia y luego Débora y Barac la mencionaron en su canto de triunfo por su gran valentía.
Para demostrar su valentía, Jael, la esposa de Heber, tuvo que ser paciente y esperar. El rey Salomón nos da el siguiente consejo: «Vale más terminar un asunto que comenzarlo. Vale más ser paciente que valiente» (Eclesiastés 7:8).
Desafío: ¿Hay algunas tareas que no has terminado? Hoy es el día ideal para concluirlas, Pide a Dios determinación y paciencia.
Lee más en la Biblia, [Jueces 4:17]; [Jueces 11-22]; [Jueces 5:6, 24-27].