Categories

Archivos

Servir a Dios – II

Matutinas para Adultos 2020

«Os expulsarán de las sinagogas, y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mi»

Juan 16:2-3

Eran las 5:30 de la madrugada cuando se escuchó un tiroteo en las instalaciones de la Universidad de Garissa (Kenia). Los gritos y el desorden se sucedieron rápidamente mientras que unos intrusos efectuaban una ligera evaluación sobre las personas.

Tomando como rehenes a los estudiantes en una de las residencias del campus, iban liberando progresivamente a aquellos que profesaban la religión musulmana, mientras que asesinaban a los cristianos mediante disparos o la decapitación.

Algunos terroristas detonaron sus chalecos suicidas provocando ulteriores daños. Los hechos fueron atribuidos al grupo extremista Al Shabab, que anunció que pintaría las ciudades de sangre hasta acabar con todos aquellos que profesaran una religión distinta y pudiesen recuperar el territorio musulmán.

Más allá de las religiones, lo triste es que se trata de personas que creen que, mediante sus acciones, aun las violentas y/o criminales están rindiendo un fiel servicio a Dios. Hechos como este han ocurrido repetidamente a través de la historia de la humanidad. ¿La historia no te parece conocida? Grupos de personas que se unen para herir y exterminar a sus semejantes, con la convicción de estar rindiendo servicio a Dios.

En tiempos de Cristo no fueron personas de otras comunidades religiosas las que atentaron contra su vida sino, más bien, aquellas que compartían su misma iglesia.

Con falsedades y distorsiones los principales sacerdotes, fariseos y saduceos alimentaron el prejuicio contra Cristo, al punto de hacer casi imposible su ministerio (El Cristo triunfante, pág. 31). Llegado el momento oportuno, por su malvada influencia, inspiraron a hombres perversos hasta verlo colgado en un madero.

Este tipo de actos se perpetuará todavía hasta el fin de los tiempos contra los seguidores de Cristo. Previendo tales aflicciones, el Señor Jesús advirtió: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros» (Juan 15:18).

Y con el fin de animar a quienes sufrieran similares ultrajes, señaló: «Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros» (Mateo 5:11-12).

Ahora piensa en el tipo de servicio que estás desempeñando. ¿Impones ideas o comportamientos a través del poder? ¿Coartas la libertad de conciencia del prójimo a través del castigo? Recuerda que estos métodos nunca han caracterizado el verdadero servicio a Dios.