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El mágico número siete

Matutinas para Adultos 2020

«Entonces se le acerco Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces perdonare a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?» Jesús le dijo: «No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete»».

Mateo 18:21-23

La teoría del “mágico número siete” fue introducida por el psicólogo George Miller en su artículo «The Magical Number Seven, Plus or Minus Two: Some Limits on our Capacity for Processing Information» [El mágico número siete, más o menos dos: algunos límites en nuestra capacidad de procesamiento de información], publicado en 1956 en la revista Psychological Review.

La teoría sostiene, básicamente, que el ser humano es capaz de recordar, a breve plazo, un número limitado de objetos desconectados (palabras, símbolos, imágenes, etc.). Este número, que varía de persona a persona, se ha identificado con el número siete, más o menos dos.

En la Biblia, el número siete refleja, frecuentemente, la culminación de un desarrollo; en ocasiones, la perfección de Dios. Por ejemplo, Dios concluyó la obra que hizo, el séptimo día, lo bendijo y lo santificó (Génesis 2:2-3).

Y ya como una exageración del lenguaje, la frase «setenta veces siete» expresa el aumento ilimitado de una condición. Curiosamente, la primera vez que esta frase aparece en las Escrituras, es pronunciada por Lamec, séptimo desde Adán por la línea de Caín. «A un hombre maté por haberme herido y a un joven por haberme golpeado.

Si siete veces será vengado Caín, Lamec lo será setenta veces siete» (Génesis 4:23-24). Habla de vengarse exageradamente, por una leve ofensa y de cobrar con la muerte al ofensor.

En la Biblia, la frase «setenta veces siete» es rescatada una vez más, asociada al perdón.«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” Jesús le dijo: “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”». El Maestro de Galilea propone el perdón para reemplazar la venganza. Un perdón exagerado y desmedido para con el ofensor.

Volviendo a la genealogía de Adán, por la línea de Set, el séptimo fue Enoc, un hombre fiel y amigo de Dios. Vivió en la misma época que Lamec, pero a diferencia suya, «caminó con Dios» (Génesis 5:22, 24), confiando plenamente en los juicios divinos (Judas 1:14-15). ¡Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios! (Salmos 119:164) -expresó David, descendiente de Enoc.

Ahora, medita: ¿Eres vengativo o perdonador? ¿En cuál descendencia te encuentras? Recuerda que solo imitando a Cristo serás reconocido como hijo de Dios (Efesios 5:1).