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Un último consejo

Matutinas para Menores 2020

«Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino».

Salmos 119:105

—Durante este año que está terminando -inició el papá- creo que hemos podido conocer cada uno de los libros que componen nuestra Biblia.

-A mí me pareció muy interesante y aprendí mucho comentó Susana.

-Me asombré de muchas cosas que no sabía —añadió Mateo.

–Muchas cosas más irán aprendiendo con el tiempo -continuó el papá- si cada día se preocupan por leer y estudiar la Biblia para conocer bien a Jesús.

-Yo deseo mencionar algo interesante de la Sra. Elena White -intervino la mamá-. Ella asistió por última vez a una reunión de la Asociación General en 1909. Ya era una mujer anciana, los años le pesaban, había seguido su ministerio viajando, predicando y sobre todo, escribiendo. Habló por última vez en esa reunión ante los líderes y representantes de todo el mundo a donde había llegado nuestro mensaje en esa época. Cuando terminó ya iba a sentarse, pero se regresó, tomó la Biblia, la alzó, y sus últimas palabras para los presentes fueron: «Les recomiendo este Libro», y se sentó. Su último consejo fue que su pueblo no dejara de estudiar este libro bendito que es la Palabra de Dios, la lámpara que alumbra nuestros pies en este mundo.

-Yo deseo mencionar algo interesante de la Sra. Elena White -intervino la mamá-. Ella asistió por última vez a una reunión de la Asociación General en 1909. Ya era una mujer anciana, los años le pesaban, había seguido su ministerio viajando, predicando y sobre todo, escribiendo. Habló por última vez en esa reunión ante los líderes y representantes de todo el mundo a donde había llegado nuestro mensaje en esa época. Cuando terminó ya iba a sentarse, pero se regresó, tomó la Biblia, la alzó, y sus últimas palabras para los presentes fueron: «Les recomiendo este Libro», y se sentó. Su último consejo fue que su pueblo no dejara de estudiar este libro bendito que es la Palabra de Dios, la lámpara que alumbra nuestros pies en este mundo.

-Nosotros deseamos seguir excavando los tesoros de la Biblia, ¿verdad Mateo? -invitó Susana a su hermano a comprometerse.

-Sí, estoy de acuerdo -respondió Mateo.

—Me parece que cada uno de nosotros ha tomado la mejor decisión: aceptar a Jesús y seguir alimentándose cada día de la Biblia. Les agradezco su diligencia y su entusiasmo al participar todos los días en el culto. Sigamos descubriendo este libro, que es el libro más maravilloso del mundo. Terminamos un año más, pero iniciemos con ese propósito el que viene. ¿Qué les parece si le pedimos a Jesús que nos ayude a cumplir este propósito? —concluyó el papá.

Tu oración:

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¿Sabías qué?

En la encuesta que hizo el Grupo Barna en el año 2016 con adolescentes reveló que el 37% de ellos nunca lee su Biblia.