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Celebra anticipadamente tu victoria

En este caso, ustedes no tienen por qué pelear. Simplemente quédense quietos, y contemplen cómo el Señor los va a salvar. Judá y Jerusalén, no tengan miedo ni se desanimen. ¡Salgan mañana y atáquenlos, que el Señor estará con ustedes!

2 Crónicas 20:17, RVC.

Antes de comenzar la batalla, Josafat y el pueblo agradecieron por la victoria prometida. Tus batallas son las batallas de Dios. Cuánta ansiedad nos ahorraríamos si creyéramos más en sus promesas. Agrada y honra a Dios cuando agradecemos por las bendiciones antes de experimentarlas.

La promesa hecha a Josafat fue hecha también a Moisés en Éxodo 14:14: “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”; y en el Salmo 46:10 leemos: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. Aprópiate de cada promesa, pues es hora de dejar de luchar sola. Déjale tus batallas a Dios, quédate quieta, tranquila, detén la ansiedad, la depresión y la angustia mental; deja de defenderte por ti misma y espera la liberación de parte del Señor.

Josafat no solo agradeció anticipadamente la liberación, sino que actuó de acuerdo con su fe. Ordenó cantar un himno alegre para que todos consideraran la victoria una realidad (2 Crón. 20:19) Al día siguiente, Josafat se puso de pie en la puerta de Jerusalén y exhortó al pueblo a confiar en Dios y sus profetas, a no dejarse intimidar por la presencia del enemigo, y a permanecer firmes en la segura confianza de una victoria sin precedentes.

Nombró cantantes con instrumentos para entonar el Salmo 136. Esto cambió la actitud del ejército: marcharon no como un ejército que iba a encontrarse con un enemigo, sino como volviendo triunfantes después de la victoria; no con gritos de guerra sino con alabanzas a Dios.

Alcanzaron la victoria que pidieron, creyeron y celebraron antes de vivirla. “¡Cuán a menudo se repite esta historia en la vida espiritual! ¡Cuán a menudo, por medio de las palabras de una canción sagrada, brotan en el alma manantiales de penitencia y fe, de esperanza, de amor y gozo!” (Ed, p. 162).

Si tus enemigos son muchos, si te atacan injustamente o tienes miedo, canta. Repasa lo que hizo Josafat antes de librar la batalla, y haz lo mismo en tu próxima batalla espiritual: haz una oración de consagración, ayuna, confía en Dios y sus profetas, ora con agradecimiento y canta alabanzas anticipadamente. La victoria será tan grande para ti como lo fue para Josafat.

ARSENIA FERNÁNDEZ-UCKELE es teóloga, educadora, especialista en familia y desarrollo infantil. Ha sido misionera en África, Cuba, Argentina, Venezuela y Colombia. Actualmente se desempeña como profesora de castellano en Toledo, Ohio. Es anciana y tesorera de su iglesia local. En su tiempo libre graba programas para la televisora local en Estados Unidos, Venezuela y varias emisoras cristianas. Predica y presenta seminarios en reuniones de damas.