En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento.
Efesios 1:7
Lorena se llevó a propósito la goma de borrar de su compañera a casa. Sin embargo, se arrepintió, pidió perdón, y al día siguiente se lo devolvió.
Marcelo sacó algo de dinero de la billetera de su padre sin preguntar. Antes de gastarlo, se arrepintió, devolvió el dinero, y pidió perdón a él y a Dios.
Carlos usó Internet a escondidas de su madre para buscar juegos violentos. Aunque sabía que estaba equivocado, continuó desobedeciendo. Desafortunadamente, Carlos todavía no se ha arrepentido. Esto significa que su corazón permanece sucio con el pecado.
Gustavo se rio de su compañero que se cayó en la escuela. Todavía no se ha arrepentido de lo que hizo. El corazón de este muchacho también permanece manchado por el pecado.
Lorena, Marcelo, Carlos y Gustavo desobedecieron. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Solo Lorena y Marcelo siguieron los pasos hacia el perdón. ¿Quieres saber cuáles son estos pasos?
