Pero después de esos tres días y medio Dios volvió a darles vida, y ellos se pusieron de pie; y todas las personas que los vieron tuvieron mucho miedo.
Apocalipsis 11:11, TLA.
El capítulo 11 de Apocalipsis es una de las profecías menos estudiadas. Es la porción bíblica que más menciona números: una caña de medir, 42 meses, dos testigos, 1.260 días, dos olivos, dos candeleros, cadáveres insepultos durante tres días y medio, dos profetas, un terremoto, una décima parte de la ciudad derrumbada, siete mil hombres que mueren, el segundo y el tercer ay, el séptimo ángel, 24 ancianos, un terremoto y una fuerte granizada.
¿Cuál el significado de estos elementos? La caña de medir simboliza el juicio del pueblo de Dios. Los 42 meses o 1.260 días representan 1.260 años (538-1798 d.C.), cuando la verdad de Dios fue pisoteada y quienes la estudiaban eran perseguidos y asesinados.
Los dos testigos, dos profetas, dos candeleros y dos olivos tienen el mismo significado: representan las Sagradas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Las Escrituras son testigos del plan de salvación, y lámpara a nuestros pies (Sal. 119:105), y como el Espíritu Santo es simbolizado por el aceite, los dos olivos representan la manifestación del Espíritu Santo durante el Antiguo y el Nuevo Testamento.
La bestia que intenta matar a los dos testigos simboliza la República Francesa cuando propagó el ateísmo y decretaron en París, en 1793, abolir completamente la religión y la lectura de la Biblia.
Durante tres años y medio proféticos, perseguían, descuartizaban y asesinaban a quienes encontraban con una Biblia. Cuando quitaron la restricción en 1797, hicieron un concilio de paz, y los cristianos sobrevivientes aparecieron sin ojos, amputados y lacerados.
Después de esos tres años y medio, Dios resucitó a sus testigos fieles. La Biblia circuló con mayor éxito que antes. Poco después de la Revolución Francesa, en 1804, se creó la Sociedad Bíblica Británica y la Sociedad Bíblica Americana. Para finales del siglo la Biblia se había traducido a 1907 idiomas y dialectos.
Los que intentaron destruir la Biblia se llenaron de miedo al contemplar el milagro de su resurrección. Se puede pisotear, negar, contradecir o rechazar la Biblia, pero al final la verdad prevalecerá, y aquellos que la prediquen y la defiendan prevalecerán con ella.