Una mujer casada está ligada por ley a su esposo mientras este vive; pero si el esposo muere, la mujer queda libre de la ley que la ligaba a él.
Romanos 7: 2
Todos esperan ese momento, se levantan de sus asientos mientras la novia hace su entrada triunfal por el pasillo principal de la iglesia. El pastor pronuncia sus palabras de exhortación y procede a tomar el voto a los novios. Entonces pregunta al novio:
«¿Aceptas a esta mujer como tu legítima esposa, para amarla y respetarla en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez, hasta que la muerte los separe?» . Lleno de felicidad, el novio responde: «Sí, acepto» . Sin embargo, cuatro años después, los ahora esposos se encuentran en un escenario completamente distinto, firmando los papeles de su divorcio.
El matrimonio debería durar toda la vida (Mateo 19: 6); sin embargo, la realidad del matrimonio en este mundo es otra historia. Entonces, ¿qué podemos hacer para formar matrimonios que honren en nombre de Dios? Aquí hay algunos consejos:
Busca a Dios en primer lugar. Antes de pensar en casarte, busca a Dios con todo tu corazón y sométete a su voluntad. Él te conoce y sabe lo que te conviene y te dará lo mejor en su tiempo.
Elige bien a tu pareja. Busca a alguien que ame a Dios, comparta tu fe y valores, y te valore como persona. No te guíes por apariencias, emociones o presiones sociales.’
Prepárate para el matrimonio. No te apresures a casarte sin antes prepararte adecuadamente. Consulta a tus padres, pastores o consejeros cristianos. Y dedica tiempo a orar con tu pareja y pedir la bendición de Dios para tu futuro hogar.
Mantén tu matrimonio. Las atenciones y los actos de cortesía del noviazgo deben mantenerse durante la vida de casados. Cumplan con tu rol, comunícate con sinceridad, que cada uno perdone y se reconcilie con el otro cuando surjan los problemas.
El matrimonio es una bendición y una gran responsabilidad. No lo tomes a la ligera ni juegues con él. Honra a Dios al elegir a tu compañero para toda la vida y sé un ejemplo para las futuras generaciones.