El Señor ama y honra a los que viven sin tacha, y nada bueno les niega.
Salmo 84: 11
¿Sabes que hay más de seis mil especies de sapos y ranas? ¿Qué te parece si aprendemos algunas de esas especies curiosas?
Las hembras de la rana tomate parecen tomates maduros. Su brillante color advierte a los depredadores para que se mantengan alejados.
Las ranas del Titicaca, que son las ranas acuáticas más grandes del mundo, solo viven en el lago Titicaca, en la frontera entre Perú y Bolivia, en Sudamérica. Su piel es tan holgada y arrugada que parece un globo desinflado.
En tierra, la llamada de la rana ladradora suena como el ladrido de un perro.
Los sapos orientales de boca estrecha no ladran, sino que producen un sonido como el balido de una oveja.
Al sapo de espuelas occidental no le gusta que lo toquen y por ello expulsa un líquido pegajoso que huele a cacahuetes y puede irritar la piel. Las hembras ponen unos 12.000 huevos cada vez, ¡son muchísimas crías!
Las ranas cantoras son las únicas de Norteamérica que no tienen membranas entre los dedos, pues le estorbarían al escalar. (¡Imagínate escalar con manoplas!).
Los sapos de caña pueden pesar hasta dos kilos.
A pesar de su nombre, el sapo del río Colorado vive en el desierto y es el sapo autóctono más grande de Estados Unidos.
Los renacuajos del pie de espátula crecen muy deprisa. Se convierten en pequeñas ranas en tan solo dos semanas.
La llamada del sapo de las Grandes Llanuras puede durar casi un minuto.
¿Recuerdas en qué historia de la Biblia aparecen las ranas? Busca el pasaje bíblico con la ayuda de tus padres y léelo.
Vicki.