Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.
Jeremías 29: 11
Tomás no quería trabajar para un brujo, pero solo tenía quince años y vivía en un país extranjero. Necesitaba comer y un lugar dónde vivir, y tuvo que hacerlo. Una de sus obligaciones era recoger diez sacos de raíces, cortarlas en pedazos, quemarlas y convertirlas en polvo de carbón.
El brujo le dijo al tío de Tomás que este debía asistir a la escuela. Tomás deseaba aprender, y sin que nadie supiera terminó dos cursos de La voz de la Esperanza. Aunque no había aprendido a amar a Jesús como su Salvador personal, fue bautizado.
Después de terminar sus estudios en la escuela secundaria, Tomás volvió a su hogar en Malawi, África, y comenzó a trabajar como secretario. Cuando se dirigía a su trabajo el primer sábado, escuchó una voz que le decía: «Este es el día del Señor. No debes trabajar en él» .
Así que Tomás renunció y comenzó a trabajar como colportor. No vendió un solo libro en tres meses. Entonces decidió pasar toda una noche en oración, pidiéndole al Señor que lo dirigiera. Cuando comenzó de nuevo a trabajar, vendió suficientes libros para pagar su educación durante dos años. Durante su tiempo en la misión de Malamulo, Tomás experimentó un encuentro personal con Jesús y llegó a conocerlo como su Salvador. A partir de ese momento, consagró su vida completamente al servicio del Maestro.
Tomás pasó cuatro años en el Colegio Solusi, en Zimbabue. Luego comenzó a trabajar en Malawi como maestro cristiano, acompañado de su esposa Alicia. Desde entonces, él ha estudiado en la Universidad Avondale, Australia, y en dos universidades de los Estados Unidos. El doctor Tomás Nkungula llegó a ser director de educación de la División Transafricana.
Tomás fue llamado para ser obrero cristiano mediante una serie de extrañas circunstancias. Esto nos muestra que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, y que a veces usa medios inesperados para guiarnos a su voluntad.
¿Qué medios inesperados ha usado Dios para mostrarte su voluntad? ¿Estás dispuesto a seguirlo dondequiera que te lleve? Encomienda tu futuro en las manos de Dios y él cumplirá su propósito en tu vida.